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Posibles amenazas que podrían extinguir la humanidad

Muchos son los factores que amenazan nuestra existencia y los encontramos a la vuelta de la esquina. Nuestra especie podría ser atacada por las bacterias, la falta de cosechas, los súper  volcanes, los asteroides o el cambio climático.

El ego desmedido de un gobernante ignorante,  orgulloso de su propio poder y de su gloria, que desconoce que en su gloria está su miseria y en su poder está el camino que conduce al caos, también podría acelerar el impacto final de la existencia humana.

En este viejo y cansado planeta tierra,  venimos fabricando nuestro propio Armagedón del que  milenarios o premonitorios textos religiosos hablan, choques frontales entre ideologías, adelantos nucleares,  tecnologías avanzadas, gobernantes que juegan a ser dioses, harán que en el futuro no quedarán  sino máquinas mordidas por el tiempo y,  del hombre no se encontrará, ni siquiera el recuerdo.

Solo la muerte reinará donde antes hubo vida, la arena y el viento borrarán lo que escribió el hombre y pasarán los siglos y los siglos se harán milenios. “todo nace para morir y nuestro mundo también”, expresión que aparece en una famosa obertura llamada “el fin del mundo”

La más real y palpable de todas las amenazas, seguramente podríamos afirmar, es  el cambio climático, nuestro planeta se está calentando a una velocidad nunca vista antes, estamos siendo testigos de fenómenos muy extremos, la temperatura se está elevando a un ritmo sin precedentes, recientemente la forma como ardió la torre en Londres, en donde fallecieron tantas  personas y el bosque ardiendo en Portugal, que carbonizó a otras, dentro de sus coches,  son tremendas evidencias.

En el siglo XIV, el 6O% de la población europea desapareció por una pandemia que se llamó La Peste Negra. Se trató de una bacteria que nació en la India, había sido traída por los mongoles a través de la ruta de Crimea, una península que existe en la costa septentrional del Mar Negro.

Otra cosa que nos preocupa es la pérdida de las cosechas que pueden ser ocasionadas por desastres naturales o falta de la biodiversidad, por ejemplo, las abejas están en peligro de extinción por el uso de los pesticidas, la desaparición de estas,  parece inofensivo, pero la realidad es que muchas plantas importantes para nuestra alimentación dependen de ellas.

Algunos científicos han sugerido que si todas las abejas desaparecieran, en una década la especie humana se pondría en peligro.  Sin cosechas la humanidad no podría sobrevivir.

Los supervolcanes.  En  1883  en una isla de Indonesia, hizo erupción uno de estos, se llevó por delante el 30% de la tierra que lo rodeaba, la explosión terminó arrastrando la vida de 36.OOO personas, emitió una onda expansiva que recorrió el planeta tres veces, se escuchó a más de 5.000 kilómetros de  distancia y a 65 kilómetros rompió los tímpanos de los marineros que se encontraban alrededor.

Existen muchos más supervolcanes, y otro muy  famoso,  es el que existe entre los estados de Wyoming y Montana, se trata de una caldera de fuego que mide aproximadamente 55 por 72 kilómetros cuadrados, igual a la superficie de la ciudad de Tokio y si llegara a erupcionar las consecuencias serían devastadoras  para nuestro  planeta y Estados Unidos desaparecería del mapa.

El servicio geológico de Estados Unidos y el observatorio vulcanológico del Yellowstone, no ven evidencia alguna de actividad cataclísmica en un inmediato futuro, pero estos eventos no son ni regulares ni previsibles.

Según los geólogos,  la última actividad sísmica del Yellowstone ocurrió hace 64O.OOO años y afirman que expulsó 1OOO kilómetros de roca, polvo y ceniza volcánica.

Por último, podríamos considerar el impacto de un asteroide, puede parecer poco probable, pero puede suceder, no hay que olvidar el impacto de uno de ellos  hace 65 millones de años y que terminó con la existencia de los dinosaurios.

Este cayó en la península de Yucatán, la tenebrosa  noche empezó cuando el último dinosaurio dejó de existir, el meteoro  pudo ser del tamaño de una montaña, ese brutal impacto mató la vida, la temperatura se elevó a 3000 grados centígrados que disolvieron las moléculas de todos los seres vivos, el equilibrio biológico llegó a su ocaso y los océanos se ahogaron a sí mismos, es la definición que le da a este suceso, el escritor Gregorio Marañon.

Lo cierto es que esta piedra pesó aproximadamente 300 millones de toneladas  y creó un manto de polvo que el sol no pudo atravesar en mil años.

La historia no es más que un larguísimo libro, si no hubiese sido por ese meteorito no estuviésemos aquí, somos polvo cósmico. La vida es un absoluto misterio.

Recomiendo a nuestros lectores, escuchar El Canto de la Sibila, que nos ofrece un mensaje litúrgico sobre el juicio final.

Abelardo Giraldo López | 06/25/17.