“Algún día esta
horrible guerra habrá terminado, algún día volveremos a ser personas y no
solamente judíos” Ana Frank, 11 de abril de 1944.
La casa de Ana Frank hoy en día es un museo y
corresponde al lugar donde ella se escondió durante la Segunda Guerra Mundial,
escribiendo su diario. Fotografías, filmaciones y objetos personales ilustran
los acontecimientos que allí tuvieron lugar.
Ana Frank, fue una de las millones de víctimas del
nazismo, había nacido el 12 de junio de 1929 en Fráncfort Alemania y cuando en
1933 Hitler llegó al poder se desató la más grande persecución contra los
judíos, su familia que eran judíos se trasladaron a Ámsterdam Holanda, donde su
padre Otto fundó una empresa.
El año de 1940 el ejército alemán ocupó a Holanda y se
impuso la ley antijudía, situación que obligó a la familia el 6 de julio de
1942, a pasar a la clandestinidad. Otto, Edith Frank y sus hijas Margot y Ana tuvieron
que abstraerse de contacto con cualquier ser humano, menos si era alemán no
judío.
Los Frank se escondieron en el edificio situado en
Prinsengracht 263, donde el padre tenía su empresa y se sumaron a ellos Herman
y Auguste van Pels, con sus hijos Peter y Fritz Pfeffer. En las plantas superiores de esta casa permanecieron los 8 escondidos.
Al cumplir la niña 13 años, sus padres le regalaron un
diario y cuando ellos se vieron obligados a esconderse, ella inició su escritura. De los ocho que
permanecieron escondidos, solo Otto Frank sobrevivió, después, él decidió publicar el diario de Anita, el año de 1960.
Estas son algunas de la anotaciones que aparecen en el
diario, “durante el día no podemos cerrar
las cortinas ni un centímetro” y además
comentaba ella, que en la sala de estar, había una pequeña radio para oír las noticias de la BBC y escuchar sobre el
desarrollo de la guerra.
“Montar en bicicleta,
bailar, silbar, mirar el mundo, sentirme joven, saber que soy libre, eso es lo
que anhelo” Ana Frank., 24 de diciembre de 1943.
Como tantas otras niñas, para alegrar su habitación
pegó toda clase de imágenes en las
paredes, “Gracias a papá, que ya antes
había traído toda mi colección de tarjetas postales y mis fotos de estrellas de
cine, pude decorar con ellas una pared entera, pegándolas con cola. Ha quedado
muy, pero muy bonito”. Ana
Frank, 11 de julio de 1942.
Durante el día a ellos les tocaba utilizar el retrete
y el grifo lo menos posible, las tuberías del agua y el desagüe pasaban por un almacén y el personal
que allí trabajaba, desconocía que en ese lugar hubiese gente escondida. “Chis papá, Silencio, Otto, Vente ya, no puedes dejar correr el agua,
no hagas ruido al andar. Así son las distintas exclamaciones dirigidas a papá
en el cuarto de baño. A las ocho y media en punto tiene que estar de vuelta en
la habitación. Ni una gota de agua, no usar el retrete, no andar, silencio
absoluto” Ana Frank, 23 de agosto de 1943.
“A partir de mañana ya no habrá una pizca de
manteca, mantequilla ni margarina. El almuerzo de hoy consiste en un guiso de
patatas y col rizada de conserva. Es increíble el olor que despide la col
rizada, seguramente lleva muchos años en conserva”. Ana Frank., 14 de marzo
de 1944.
“La radio inglesa
dice que los matan en cámaras de gas. Estoy muy confundida”. Ana Frank. 9 de octubre
de 1942.
El 4 de agosto de 1944 son delatados por un anónimo, el servicio de seguridad de los nazis irrumpe
en el edificio y son detenidos, luego el 3 de septiembre los trasladan al campo
de exterminio en Auschwitz. De todos ellos, solo Otto Frank padre,
sobrevive y el resto encontraron la muerte en ese terrorífico y macabro campo
de concentración.
Otto, el resto de su vida la vivió en Ámsterdam, donde regresó y hasta el día
que falleció en 1980, se había dedicado a contestar todas las cartas que le
llegaban de las miles de personas que habían leído El Diario de Ana Frank.
Por| Abelardo Giraldo
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