Existe en la
actualidad una gran preocupación por los recientes oleajes políticos en los
partidos tradicionales tanto de Latinoamérica como de Estados Unidos.
Un psiquiatra
italiano de nombre Franco Basaglia,
dice que la sociedad contemporánea tiene un conjunto de contradicciones
sociales, que generan una situación parecida a un barril de pólvora, la
cual en cualquier momento puede estallar
y para evitar un estallido social, las
élites del poder se están valiendo de los llamados técnicos del saber practico y se refiere a aquellos profesionales
que avalan con su ciencia, una distorsión de la realidad, al dictaminar, que
los problemas de alcoholismo, drogadicción, vandalismo y delincuencia común,
son el resultado de variables psicológicas, sin conexión alguna con la dinámica
social.
El sociólogo mexicano
Oscar Yescas Domínguez, dice que en nuestra vida cotidiana, observamos que a
diario, aumenta el número de hombres de la calle, mendigos, limpiavidrios,
tragafuegos, vendechicles, en los semáforos de las grandes ciudades y, la
reacción de la mayoría de la población es ignorarlos, como que no existieran,
es por esta actitud indolente, que se ha fabricado el término “Invisibilidad
Social”, muy empleado en las ciencias sociales.
Este término, se
refiere a la tendencia que hay en la sociedad de ignorar a quienes nos piden
ayuda para comer, a quienes se ofrecen a limpiar los vidrios de nuestros autos
a cambio de unas monedas, a quienes vemos tirados en las aceras estirando las
manos para pedir una limosna. Fingimos no verlos, porque nos recuerdan la
existencia de una realidad, la pobreza con la cual no deseamos tener ningún
contacto y tenemos la tendencia a pensar que esas personas están así, “por las
malas decisiones que tomaron en sus vidas” y no reconocemos la responsabilidad social en la
existencia de la miseria y la pobreza.
La mayoría de la
juventud y ancianos estadounidenses, afirman que los partidos republicano y demócrata
no los están representando y aseguran que esa sensación general de desencanto,
se debe que los partidos especialmente
el republicano, no le interesan las amplias mayorías, de personas
asiático-estadounidenses, hispanos o negros.
Existe una profunda
antipatía, hacia los candidatos que nominaron para la presidencia de los
Estados Unidos, el republicano Donald Trump y la demócrata Hilary Clinton, los
dos candidatos más impopulares en la historia de las encuestas modernas, según
lo confirman, La universidad de Chicago y la Associated Press-NORC, Center for
Public Affairs Research.
Siete de cada diez
ciudadanos norteamericanos, afirman que conocen muy poco sobre un nuevo candidato por el partido recién
creado como “Libertario”, el Señor Gary Johnson., aunque podría ser una
garantía de renovación nacional.
Los políticos toman
decisiones sin consultarnos, impulsan reformas que nos quitan derechos,
eliminan la estabilidad en el empleo y generan incertidumbre hacia el futuro.
En Colombia, los
crímenes sociales por parte del gobierno, están pasando inadvertidos o
simplemente ignorados, crímenes como la muerte por desnutrición en la Guajira y
el Chocó, la falta de atención médica a
miles de ancianos y niños, crímenes como la violación de los derechos humanos,
de millones de personas, como el derecho a la educación, derecho al trabajo,
derecho a vivienda, etc., deberíamos considerarlos como de lesa humanidad. En
Estados Unidos, el Senador Rand Paul, presidente republicano de la cámara de
representantes, que lleva cuatro ocasiones dirigiendo la comisión de
presupuesto, se ha empeñado agresivamente, a recortar cada año, los beneficios sociales,
que protegen a las clases más pobres y a quienes despectivamente define como
“parásitos sociales”. Esto no es representación, por lo tanto se requieren
cambios políticos.
Estos son políticos
que perciben sueldos escandalosos y se desquitan traicionando al pueblo que
dicen representar, son felices levantando el dedo para aprobar inescrupulosas
reformas en favor de los poderosos, con rebajas de impuestos, mientras que a
los más vulnerables se les recorta los
beneficios sociales, aumentando con esto, un mayor empobrecimiento de las
clases menos favorecidas.
En Colombia la
justicia no existe, las instituciones encargadas de administrar justicia se han
politizado, existe una corrupción rampante en torno a ellas. Los medios masivos
de comunicación cumplen una función ideologizante, distorsionando la
información, promoviendo una situación
acrítica del status quo, e impulsando al
conformismo.
Las contradicciones
sociales se agudizarán cada día, porque surgirán movimientos sociales
emergentes que enarbolarán las banderas de la justicia, la democracia y la
igualdad. La respuesta que recibirán de las élites en el poder, será la indiferencia
a sus reclamos y, legisladores, ministros de justicia y medios masivos de
comunicación, los convertirán en “criminales”, ante la opinión pública, es por
eso, que el ciudadano contemporáneo ha llegado a la conclusión de que no existe
la justicia, tampoco existe la
democracia, ya que el autoritarismo es la característica principal de los
gobernantes de turno.
La situación se
complica cada vez más, porque se observa un tránsito paulatino pero constante
de un poder autoritario, en el liderazgo de los gobernantes hacia un franco
totalitarismo, que les permita seguir disfrutando de las mieles del poder.
Oscar
Yescas, en su trabajo sobre la socio patología de nuestra sociedad
contemporánea, dice que vivimos en una sociedad enferma, esta no es una
sociedad sana, sino todo lo contrario, se le rinde culto a la muerte, se
promueve la violencia y les gusta la destrucción, ¿Qué explicación le damos,
cuando vemos que en la sociedad estadounidense, con relativa frecuencia se
presentan casos de suicidios de personas, que van acompañados de una previa
matanza colectiva?
Todo esto se debe a
que se ha fomentado el delirio por las armas y se ha minimizado la gravedad que
representan estas matanzas colectivas, todo porque esta predilección está protegida por la
segunda enmienda de la constitución, que contempla el derecho de todo ciudadano
para poseer el arma con el calibre que mejor le venga en gana, para defender
sus derechos y posesiones.
Al encargado de la
matanza en Orlando, se le considera como un individuo alterado con desórdenes
de personalidad, es decir, se incurre en un reduccionismo psicológico sin tener
en cuenta el análisis de la sociedad en su conjunto. Nos encontramos es posiblemente con lo que
podríamos considerar “una sociedad
insatisfecha”. Una sociedad que estimula un consumo exacerbado, que genera
en los individuos una obsesión por “el tener”, más que por “el ser”.
Además no es justo,
lo de las crisis económicas creadas por nuestros políticos, en que la clase en
el poder adquiere grandes beneficios, mientras que la población en general ve
disminuir su capacidad adquisitiva de manera constante y progresiva.
Las nuevas reformas
eliminan la estabilidad en el empleo, los futuros trabajadores no podrán
obtener antigüedad y se les pagará por horas en base a contratos individuales.
Se eliminarán toda clase de subsidios. Esto hará que la pobreza aumente
contradiciendo el discurso oficial, la delincuencia común se disparará en las
ciudades, la inseguridad crecerá y la violencia aumentará en sus diferentes facetas de expresión, además
la corrupción y la impunidad se mostrarán como telón de fondo de todos nuestros
grandes problemas sociales.
En Colombia las
calles de las principales ciudades están mal pavimentadas, con baches o
simplemente sin pavimentar, el alumbrado público no funciona en todos los
sectores, ya empezaron con el racionamiento de la energía, especialmente en los
departamentos costeros.
Los dineros de los
recursos públicos los desvían para pagar campañas electorales, los resultados
de las elecciones no convencen a nadie, porque se realizan a través de operaciones
fraudulentas.
En Estados Unidos y
Latinoamérica los partidos políticos, están inmersos en una crisis de
credibilidad que los aleja de la población, ya que no representan a nadie, más
que a ellos mismos.
No existe la
justicia, esta se ha vendido al mejor postor, no existe la democracia porque
las mayorías no son consultadas por quienes dicen ser sus representantes. No
existe la igualdad social, ya que la desigualdad aumenta considerablemente cada
día.
Se volvió común en la
sociedad que no exista justicia, se considera muy “normal y natural”, que
existan ricos y pobres. Que hubiese corrupción, que exista violencia, que
fallezcan jóvenes, ancianos y niños por desnutrición o por enfermedades que
pudieron ser fácilmente tratadas. Ven muy normal, las condiciones actuales de comer
menos, vestir menos, trabajar más y ganar menos.
La indiferencia
generalizada que se observa en nuestra sociedad contemporánea, el apoliticismo
que caracteriza el comportamiento de las mayorías, el inmovilismo, que inhibe
la participación social, la criminalización de la protesta social, la búsqueda
como meta principal de encajar en sociedad, tienen como finalidad la difusión
de la idea de “normalidad psicológica”
que solo busca la adaptación social.. Podemos considerar esto, como una base
ideológica del individualismo, conformismo, acriticismo, la adaptación social,
la creación de una falsa sensación de seguridad, al encajar en el
comportamiento de las mayorías, cuyas imágenes son las que nos proyectan los
medios masivos de comunicación, como “anormal” o “normal”.
Lo normal en nuestra
sociedad, es mantener una rutina de trabajar, consumir, adaptarse a la
situación social y repetir el ciclo el día siguiente. A los desviados de esta
norma se les considera anormales.
El conformismo
social, la indiferencia social y el individualismo, son las más grandes
características de la ideología contemporánea. Con estas bases el
comportamiento social se aleja considerablemente de la política, que solo beneficia a los que
están en el poder.
Los que tenemos
consciencia de este proceso de ideologización en el contexto de una sociedad en
crisis, caracterizada por la injusticia, la antidemocracia y la falta de
libertades, debemos retomar como nuestro deber y compromiso social, combatir
esa sumisión ideológica por todos los medios que encontremos a nuestro alcance
y hacer que nuestra sociedad, tome conciencia colectiva sobre la necesidad de realizar un verdadero cambio
social.
Por|
Abelardo Giraldo. 10/11/16.
Bibliografía.
Encuesta Genforward,
realizada por la Universidad de Chicago y la Associated Press-NORC Center for
Public Affairs Research.
Sociopatologia de la
Sociedad contemporánea. Oscar Yescas Domínguez.