Buscar este blog

La anhelada Paz buscada por siempre en Colombia

 Texto de Abelardo Giraldo

“Cuando el poder del amor sobrepase el amor por el poder, el mundo conocerá la paz” Jimi Hendrix.

No puedo separar la paz de la libertad, porque nadie puede estar en paz si no tiene libertad” Malcon X.

“Si quieres la paz no la hables con tus amigos sino con tus enemigos”  Moshé Dayán.

La paz no es la ausencia de guerra, es una virtud, un estado de la mente, una disposición a la benevolencia, la confianza y la justicia” Baruch Spinoza.

El reto del presidente Gustavo Petro, sobre la Paz Total, como su programa de gobierno, me parece excelente, pero tratar de establecer un diálogo de paz con rebeldes de izquierda y bandas criminales que han participado en un sinnúmero de delitos como, extorsión, asesinatos, tráfico de drogas, extracción ilegal de oro, contaminación del medio ambiente, ecocidio y deforestación, es una tarea tremendamente difícil. Según la agencia Reuters, se trata de llamar al orden, a unos 16.000 hombres.

Hoy trataré de hacer algunas remembranzas sobre anteriores llamados a la paz, por parte de anteriores dirigentes del Estado.

Empezaré con La Uribe Meta, cuando el presidente Belisario Betancourt, exactamente el año de 1982, llegó a la presidencia y estableció el primer acuerdo de paz, ofreciendo una amnistía, que permitiera a esa guerrilla iniciar una desmovilización y fue a los dos años, cuando se dio el primer cese al fuego, dando lugar a que el Estado pudiera fortalecerse y optara por garantizar al grupo armado, su participación en política.

Otros grupos, el M-19 y el EPL, empezaron diálogos con el gobierno y se rompieron muy pronto. Por esta época se le permitió a las FARC, conformarse como partido político llamado la Unión Patriótica, pero apareció un exterminio sistemático por parte de grupos radicalizados de la extrema derecha, (paramilitares y aliados), que impidieron la continuidad política de la “UP”. Durante el gobierno de Betancourt, se registró además la toma del Palacio de Justicia, por parte del M-19, dando lugar a que aparecieran duras críticas a las salidas negociadas de grupos armados que cometieran actos de terrorismo, contribuyendo con esto, a sentar las bases para el fin de estos acuerdos.

Hasta ahí llegó el primer intento de establecer la paz con las extintas FARC, que salieron aún más radicalizadas durante un largo período de tiempo.

Luego viene la paz con el M-19 y la Constitución de 1991., después de la toma del palacio de justicia se veía imposible llegar a un acuerdo con el movimiento 19 De Abril. Este grupo quería una transformación del sistema político y buscaron a través de su lucha abrir espacios de participación, pues con distintos golpes presionaron al gobierno de Virgilio Barco, para que empezara los diálogos con ese grupo insurgente. La estrategia para acercarse al gobierno produjo sus frutos, se empezó a considerar la paz con la premisa de que el M-19 hiciera política, a cambio de dejar las armas y uno de sus principales voceros, fue el exgobernador Antonio Navarro Wolff, quien abrió la posibilidad de una Asamblea Nacional Constituyente y posteriormente la construcción y promulgación de la gran Constitución Política de 1991.

Este proceso fue tremendamente exitoso, porque los guerrilleros pudieron reincorporarse a la vida civil y política de la nación.

El 7 de enero de 1999, el presidente Andrés Pastrana, consideró adelantar el proceso de paz con las FARC y empezó a desmilitarizar varias zonas del país, entre ellas, una muy extensa de 40.000 kilómetros, llamada San Vicente Del Caguán, a la que llamaron zona de despeje.

Esta zona de despeje fue aprovechada por la guerrilla para fortalecerse, se tomaron el control de la región, situación que incomodó profundamente a las fuerzas armadas y a gran parte de la sociedad, porque no se les vio comprometidos con el proceso, por el famoso episodio de “la silla vacía”. Aunque a la reunión, había asistido un equipo negociador integrado por, Raúl Reyes, Jorge Briceño, Joaquín Gómez y Fabián Ramírez.

En esa ocasión, el presidente Pastrana, pronunció tremendo discurso ante la ausencia de Manuel Marulanda Vélez, jefe máximo de esa organización guerrillera.

Se expresó así: “la ausencia de Manuel Marulanda no puede ser razón para no seguir adelante, sabemos que los ojos de todos, de cada trabajador, de cada empresario, de cada campesino, de cada madre de familia, de cada desplazado, de cada soldado, de cada insurgente, están pendientes de nosotros”. “En esta guerra los padres entierran a los hijos y en la paz son los hijos quienes entierran a sus padres”. “Colombia no puede seguir siendo dividida en tres países irreconciliables, donde un país mata, el otro país muere y un tercer país horrorizado, agacha la cabeza y cierra los ojos”.

Posteriormente se conoció que don Manuel, no asistió, porque se encontraba organizando un anillo de seguridad con 400 hombres, se habían enterado de un supuesto y siniestro plan de asesinato, que pretendía darle muerte a él y al presidente, según comentario periodístico de Fidel Castro, ante una rueda de prensa, sobre la paz en Colombia, realizada en el año 2008, en la Habana Cuba.

Después de muchas crisis, congelaciones e interrupciones se desataron los secuestros, una oleada de asesinatos y masacres, desbordaron la tranquilidad de la nación, por esta razón, el presidente tuvo que levantar la mesa de diálogo ante el recrudecimiento de la violencia en esa turbulenta y aciaga época en la historia de Colombia.

El año 2012, durante el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, se confirmaron nuevos acercamientos con las FARC y se dio inicio al proceso de paz de La Habana, situación que gustó mucho al secretariado y al jefe máximo de esa organización Timoleón Jiménez, alias Timochenko, quiénes con la experiencia del Caguán, iniciaron conversaciones y concertaron mesas de diálogo en Oslo Noruega y La Habana Cuba.

El gobierno Santos designó a varios negociadores, quienes empezaron a reunirse en la mesa de diálogo dispuesta para tal fin, en La Habana.

Se lograron redactar seis puntos, en un proceso que duro cuatro años y en medio de diversas opiniones de sectores políticos y sociales, quienes en su gran mayoría apoyaban los esfuerzos o los grandes  intentos por conseguir la paz.

El año 2016, con el texto en la mano, el presidente suscribió el acuerdo en una ceremonia simbólica y quedó a la espera de su refrendación en un plebiscito que se llevó a cabo, de acuerdo a la ley estatutaria, que determinaría si el pueblo estaba de acuerdo o no, lo acordado con las FARC.

En una sorpresiva decisión, el “NO” promovido por el uribismo, ganó por un estrecho margen, gobierno y FARC, tuvieron que revisar los acuerdos, tomando recomendaciones de la oposición, para volver a refrendar y presentar un nuevo texto y en esta ocasión se llevó a efecto otra ceremonia, que fue celebrada en el Teatro Colón de Bogotá.

Este proceso generó varias consecuencias, tales como el galardón del nobel de paz, al expresidente Santos por su gran esfuerzo en conseguirla y el regreso de las FARC a la vida política y social, en un amplio proceso de implementación de los acuerdos, que se tratan de mantener hasta hoy, entre otros aspectos.

El nuevo intento de paz es el de Gustavo Petro, quién con la búsqueda de una Paz Total, desea establecer acercamientos y diálogos con el ELN, grupos criminales y disidencias de las FARC.

Además de los diálogos de La Uribe, la paz con el M-19, El Caguán y La Habana, se han adelantado muchos otros intentos por parte del gobierno con grupos guerrilleros y delincuenciales.

Según la fundación Paz y Reconciliación, aparecen: diálogos con el EPL, Quintín Lame, el PRT, los cuales se dieron tras la Asamblea Nacional Constituyente y el acuerdo con el M-19.

Proceso de paz con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar 1991-1992 con participación del EPL, FARC y ELN.

Acercamientos del Gobierno de Ernesto Samper con el ELN, año 1997, en España.

Proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia en la era Uribe, con la creación de la ley de justicia y paz.

Para terminar, cabe destacar, que el actual gobierno de Gustavo Petro, ha considerado en que “se quiere una paz sin hambre, sin leyes represivas, sin mordaza al libre pensamiento, con tierra, salud, vivienda, bienestar, empleo, crecimiento económico con desarrollo social, derecho a la vida y soberanía, para lo cual se requiere de grandes inversiones del estado, con el aporte económico de la comunidad internacional, sin que esto signifique injerencia en los asuntos internos de nuestro país”

Abelardo Giraldo López.

                                                      12/05/2022.