Estas aventureras historias, tienen su gracia, y son muy agradables tanto para leerlas como para escribirlas.

Residía en la ciudad de Bogotá, su familia era de escasos recursos, pero era poseedor de un extraordinario brío humano, fue por esta razón que decidió abrirse paso por los caminos del mundo y poder consumar su sueño, dejando atrás con profunda y sensitiva nostalgia, los caminos de su Patria.
El único documento que lo acompañaba era un diminuto recibo que en ese entonces, expedía la Registraduría Nacional cuando uno reclamaba por primera vez su cédula., para no extraviarlo lo camufló en una cadena forrada en manguera de plástico, que llevaba sujeta al cinto.
En estas condiciones llegó a Tulcán Ecuador y se encontró que en la segunda ciudad de este país llamada Yegualcocha, le aparecería la primera dificultad en su viaje por no tener pasaporte y para obviar ese retén de inmigración, abordó un jeep campero que pasaba trabajadores ecuatorianos desde Tulcán a Yegualcocha. Allí le solicitó a un campesino en préstamo su sombrero y su ruana con cuyos elementos logró camuflarse, logrando de esta forma pasar desapercibido.
Fue así como pisó por primera vez al Ecuador, país fundado por Sebastián de Belalcázar en el año de 1534, nación ésta, delimitada por Colombia, Perú y el Océano Pacífico, en una extensión territorial que consta de 287.000 kilómetros cuadrados.
También nos recuerda este noble país, la Batalla de Pichincha que se libró el 22 de Mayo de 1822, en el que el General Antonio José de Sucre, enviado por Bolívar desde Colombia, venció con sus tropas al ejército español y le dio la libertad a la Nación.
Cuenta nuestro autobiografiado José Luis ,que llegó a un pueblo llamado Chira y allí concibió la idea de trasladarse a una grande plaza de mercado que había en ese lugar y dirigiéndose a la Estación de Policía, formula denuncio por pérdida de papeles, argumentando que había sido atracado y le habían sustraído los documentos de identificación como el pasaporte y un resto de dinero que llevaba, pero cuando le preguntaron por su nacionalidad aseguró ser ciudadano argentino residente y nacido en la ciudad de Rosario.
Luego fue interrogado por los agentes del orden quienes al preguntarle si él sabía donde había nacido el general José de San Martín, les contestó que no. Le dijeron entonces que les cantara una estrofa del himno Nacional Argentino y les respondió que tampoco la sabía.
Los agentes empezaron a dudar y fue cuando uno de ellos, le quitó la cadenita que llevaba al cinto, pero nuestro protagonista al ver que perdía su única identificación que iba muy bien guardada dentro de ese objeto y al ver que la situación se estaba poniendo difícil, se inventó una nueva estratagema y les dijo: “he nacido en el campo, que en nuestro país llamamos pampa, no he estudiado nunca, por lo tanto no puedo responder a sus preguntas, discúlpenme”.
Los agentes ante esto, le tomaron la declaración y le compulsaron copia de la misma, dejándolo ir.
Nuestro personaje con documento en la mano, continuó su recorrido cruzando los poblados de Ibarra, Otavalo, Machala hasta que llegó a Guaiquillas último bastión del Ecuador.
Desde aquí cruzaría a Aguas Verdes y Piura entre los cuales se toparía con un segundo retén de inmigración, pero ya en la república del Perú y para evitar ese registro, le tocó tomar un escabroso sendero por el monte y durante esa calamitosa y desértica travesía estuvo perdido dos días , comentando que durmió dos noches bajo los árboles.
Fue así, como pisó tierra peruana y me contaba que uno de los grandes retos de todo aventurero es conocer este país de los Incas, nación que tiene 1.331.410 kilómetros cuadrados de extensión y cuya historia y geografía atrapan al viajero.
La ciudad de Lima, que fue fundada por Francisco Pizarro a 1.535 metros de altura y a 11 kilómetros del mar y que se llama la ciudad de los reyes, porque allí vivieron sucesivamente 40 virreyes, desde el año de 1542 que fue cuando se estableció Blasco Núñez como primer virrey, el cual fue asesinado y decapitado posteriormente por Pizarro.
Lima, ciudad hermosa que conserva sus tradicionales calles y plazuelas con grandes casas y templos arquitectónicamente coloniales, centro cultural de trascendencia en donde el año 1551 se fundara la célebre y primera Universidad Americana de San Marcos.
El Perú es históricamente, un pueblo predestinado, como dijera un notable escritor colombiano de nombre Alberto Carvajal, que “Surgió En La Noche De Los Tiempos Con Una Importancia Excepcional Para La América”.
Cuzco, la tierra de la Vicuña, la Alpaca y el Guanaco, capital del Imperio Inca, entre sus muros están las construcciones y fortalezas pétreas de los palacios de los Incas, lo mismo que la ciudad fortificada de Machu+Picchu, que levantaron para desafiar a los siglos.
Las cordilleras son blancas, de elevadas cumbres, nevados que constituyen glaciares y que presentan incomparable espectáculo en atardeceres y amaneceres bellísimos.
Así mismo son Arequipa y Paita, esta última, tierra de Manuelita, la que fue compañera insustituible y tremenda defensora del Libertador Simón Bolívar.
Y para terminar esta historia, quiero comentarles que nuestro personaje alcanzó a incursionar en la república de Chile, fue detenido por autoridades de inmigración en Arica y deportado al Perú, trasladado a Lima, allí estuvo 2 meses y medio detenido y en donde el Cónsul colombiano de la época lo abandonó a su suerte.
Después regresó a Colombia sin que hubiera podido realizar su sueño.
Abelardo Giraldo - Coreguaje2@yahoo.com - 10/16/11