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Herencia musical cubana

Esta es la tierra más hermosa, que ojos humanos hayan visto. Cristóbal Colón.
Cuando Cristóbal Colón pisó esta tierra, descubrió que ese clima tropical, caluroso en el verano y fresco en el invierno, rodeado de palmas africanas, fértiles tierras y cristalinas aguas marinas, la comparó con el paraíso.
Con el tiempo empieza esta isla a ser invadida por extranjeros europeos ,quienes traían consigo esclavos negros de África y cuenta la leyenda que cuando los bajaban de los barcos encadenados y en fila, ellos bailaban y cantaban sus pesares y sufrimientos, que una vez sueltos en los patios de los amos, organizaban entre ellos bailes colectivos.
Se empezaron a analizar sus costumbres y encontramos que el primer baile conocido se llamó “LA MATUTA”, el cual lo realizaban en recintos sagrados.
El baile del palo o el garabato, que lo hacían con un tallo de yuca, al que denominaban el baile de la fertilidad, según sus costumbres.
En el siglo XVI, piratas, corsarios y bucaneros, empezaron a asaltar los barcos españoles y la isla de Cuba, esto hizo que la fusión de colonos, esclavos y mercaderes, fueran ajustando sus modalidades, creando a la vez estilos propios y convirtiendo a Cuba en un laboratorio Músico cultural.
Cantos y canciones eran traídas de otras partes del mundo dando origen en Cuba a una identidad musical propia.
El Tango congo habanero que era una especie de contradanza llegó a los Estados Unidos y se exportó a Francia, era solamente instrumental , incluso en New Orleans se llegó a considerar este ritmo de talla muy aristocrática, y uno de sus máximos expositores fue Sebastian Iradier, con su famosa obra “La Paloma”
En esa época llegó a Nueva York una canción cubana llamada “TU”, la cual en un teatro Español era interpretada en el escenario por una hermosa bailarina de nombre Carolina Otero, andaluza de quien se dice que su baile era más instintivo que técnico, que sabía mezclar el flamenco con fandangos y danzas exóticas y quien con este poema antológico cubano, “TU”, se hizo famosa.
De esta bailarina se dice que fue una de las mujeres más atractivas de su tiempo, entre sus muchos amantes figuraron millonarios como el norteamericano William Vanderbilt y reyes como Alfonso XIII de España y Leopoldo II de Bélgica.
Ante sus atractivos cayeron rendidos intelectuales de renombre como el poeta D`Anuncio, el pintor Renoir que la llevó al lienzo.
Encontrándose el poeta cubano JOSE MARTI, asilado en Nueva York, fue invitado a una de sus presentaciones y ocurrió que la descomunal belleza de esta bailarina asombró al poeta y en magistrales octosílabos la pintó como en una acuarela. Allí, en esa presentación se encontraba también el poeta nicaragüense Rubén Darío, uno de los grandes representantes del modernismo literario hispanoamericano que hacia mucho tiempo deseaba conocer a Martí y la impresión de Rubén Darío, la expresó así: “Cuando le di la mano, fue inmensa mi alegría, se trataba de un hombre delgado, de baja estatura, extremadamente elocuente y unos pequeños ojos como de iluminado”.
Esa hermosa composición del maestro Martí, se llama “El alma trémula y sola”, la que por su belleza me permito transcribir:
El alma trémula y sola
Padece al anochecer:
Hay baile; vamos a ver
La bailarina española.
Han hecho bien en quitar
El banderón de la acera;
Porque si está la bandera,
No sé, yo no puedo entrar.
Ya llega la bailarina:
Soberbia y pálida llega;
! Como dicen que es gallega¡
Púes dicen mal: es divina.
Lleva un sombrero torero
Y una capa carmesí:
Lo mismo que un alelí
Que se pusiera un sombrero!
Se ve de paso la ceja,
Ceja de mora traidora
Y la Mirada, de mora:
Y como nieve la oreja.
Preludian, bajan la luz,
Y sale en bata y mantón
La virgen de la Asunción
Bailando un baile andaluz.
Alza, retando la frente;
Crúzase al hombro la manta:
En arco el brazo levanta:
Mueve despacio el pie ardiente.
Repica con los tacones
El tablado zalamera,
Como se el tablado fuera
Tablado de corazones.
Y va el convite creciendo
En las llamas de los ojos,
Y el manto de flecos rojos
Se va en el aire meciendo.
Súbito, de un salto arranca:
Húrtase, se quiebra, gira
Abre en dos la cachemira,
Ofrece la bata blanca.
El cuerpo cede y ondea;
La boca abierta provoca;
Es una rosa la boca;
Lentamente taconea.
Recoge de un débil giro,
El manto de flecos rojos:
Se va, cerrando los ojos,
Se va como en un suspiro…
Baila muy bien la española,
Es blanco y rojo el mantón:
! Vuelve, fosca a un rincón,
El alma trémula y sola!.
NOTA: En esta composición, cuando el poeta Martí, dice :Han hecho bien en quitar el banderón de la acera, porque si está la bandera, no sé, yo no puedo entrar, se refiere a una bandera española que se colocaba en esa época a la entrada del teatro y eso indicaba que el ingreso era restringido solamente para ciudadanos de España.
Luego en el siglo XVIII aparece en Cuba la música guajira, poetas interpretando la música campesina, canciones pioneras como” Padezco en el Jilguero” y” El Zinsonte.”
Intérpretes en esta estructura musical, se destacan Guillermo Portavales, Celina y Reutilio, Chalito, Ramón Velóz. Celina Reynoso y el más famoso de todos JOSEITO FERNANDEZ, con su “Guajira Guantanamera”, que nació en el año de 1908.
Aparece la música criolla, de la cual se dice que nació en Camaguey y llegó después a la Habana, sus máximos compositores fueron Gonzalo Roa, con su canción “QUIEREME MUCHO”, después Maria Teresa Vera quien con el tabaquero de profesión, Miguelito García, conforman un famoso dueto musical, cuyas presentaciones en el exterior, rompían barreras y fueron un éxito total, especialmente en Nueva York.
Al final de la guerra de 1902, se empezaron a gestar nuevos ritmos, que cambiarían la historia de la música, aparece “EL DANZON”, influenciado por música inglesa y francesa.
El mayor exponente de esta modalidad se llamo Tiburcio Hernández, con canciones como “Las Alturas de Simpson y Tres lindas cubanas”, que se hicieron muy populares, después se perpetuó con Barbarito Díez.
En 1917, aparece en Cuba “EL DANZONETE” Y ES CUANDO Paulina Álvarez interpreta una canción que se llamó “ROMPIENDO LA RUTINA” y después entran en acción el TRIO MATAMOROS , conformado por Siro Rodríguez, Rafael Cueto y Luis Miguel.
Y uno de los ritmos mas famosos de Cuba es “EL SON” que según se dice fue interpretado a principios de la colonia en 1848, por un septeto nacional compuesto por guitarras, maracas y bajo.
Luego aparece su majestad “EL BOLERO”,la historia musical dice que el primer bolero apareció en el año de 1885 y que llegó a Méjico en 1902., según nos narra Mario Fajardo a quien llaman el literato de la música cubana. Este se llamó “TRISTEZA” y fue interpretado por el cubano Pepe Sanchez.
El Bolero llegó a Estados Unidos con Miguelito Valdéz y Olga Guillot con su canción “Casino de Capri”, luego aparece Gonzalo Roy con su bolero mundialmente famoso “Quiéreme mucho”.
En el año de 1946, fue bautizada Olga Guillot como la reina del Bolero.
Una interminable lista de cantantes y compositores cubanos hicieron que el bolero, recorriera el mundo, figuran entre ellos, Fernando Albuerne, Tito Gómez, Omara Portuondo, Moraima Secada, Rolando laserie, Roberto Faz, Martha Valdéz, Fernando Alvarez, Vicente y Pacho Valdéz, Bienvenido Granda y muchos más.
En Miami, Colombia y muchos países de Latinoamérica se sigue conservando el gusto por este género romántico del Bolero.
Luego aparece “LA CONGA”, cuando los españoles dominaban la isla, los gobernantes de esa época entiendo que los virreyes, le cedieron el día de Reyes para que los negros celebraran sus fiestas y quedaron autorizados para bailar, deambular y gozar libremente. A esta libertad, los negros la bautizaron “LA FIESTA DE LA CONGA” y que hoy día, se llama “EL CARNAVAL DE SANTIAGO DE CUBA”.
Este estilo se exportó a Norteamérica, Europa y América del Sur, convirtiéndose en la locura del momento.
Luego aparece LA GUARACHA, verso de doble sentido y su primer interprete se llamó ÑICO SAQUITA, con su canción que dice “MARIA CRISTINA ME QUIERE GOBERNAR”, música que interpretó dignamente, Celia Cruz, a quien siempre llamaron “LA GUARACHERA DE ORIENTE”.
En la década de los 20 y los 30, la música popular folclórica y culta de Cuba, invadió el mundo, fue cuando hombres de raza negra como Ignacio Cervantes se lanzaron por encima de las barreras raciales y con pianistas y violinistas de esta noble raza, se dieron a conocer, es cuando aparece Ernesto Lecuona, quien escribió 11 temas en más de 400 canciones, entre ellas “SIBONEY”.
Aparecen Moisés Simons, Ignacio Villa y Rita Montaner, los que en el año de 1947 debutaban en Brodway con rotundos éxitos especialmente con una canción llamada “El Maicero”.
Surge el Jazz latino, en los centros nocturnos de la Habana, luego el Mambo con Dámaso Pérez Prado, Beny Moré, de quien se dice, organizó su orquesta y se dedicó a interpretar todos los géneros musicales cubanos.
Y así sucesivamente fueron apareciendo un interminable repertorio de ritmos como el Cha Cha Cha, La Pachanga, el Mozambique, El Songo, El Changüí, La Trova, esta última considerada como un ambiente político acompañada de bella poesía, y que es interpretada magistralmente por Silvio Rodríguez, Paulito Milanés, Amaury Pérez y Pedro Luis Ferrer.
Para terminar este comentario, les cuento que con el renacer de la música cubana, aparecieron cantantes famosos como Willy Chirino, y las frescas voces de Gloria Stefan y Albita Rodríguez,
Después, sacudiéndose el polvo milenario de los años, aparecieron los viejos como Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, Eliades Ochoa y otros, quienes al escucharlos despiertan en los cubanos y latinoamericanos un lindo y nostálgico recuerdo de la música.
ABELARDO GIRALDO. Coreguaje2@yahoo.com 10/01/11.