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La Republica Popular China, hoy


Los pueblos a quienes no se hace justicia se la toman por sí mismos, más pronto o más tarde”. Voltaire.



Para empezar a escribir sobre la República Popular de China jamás podríamos pasar por alto el legado que dejaron los auténticos hombres fuertes del régimen, miembros del comité permanente del Partido Comunista Chino; Mao Tze Tung, Liu Chaoqi, Zhou Enlai, Zhu De y Chen Yun, quienes dejaron establecidos los cinco principios de la coexistencia pacífica; La no ingerencia en los asuntos de otros estados, la no agresión, la convivencia pacífica, la igualdad y beneficios mutuos.



En su política exterior conservar el principio de “Armonía sin uniformidad”, que ánima a las relaciones diplomáticas entre los estados a pesar de las diferencias ideológicas.
En política China apoya a los Estados que se consideran peligrosos por las naciones occidentales como Zimbawe, Corea del Norte, Irán y Venezuela.



Mao siguiendo los dictados del ideólogo Zhou Enlai, impulsó una mayor libertad de los intelectuales que se conoció con el nombre de “MOVIMIENTO DE LAS 100 FLORES”, sin embargo este movimiento duró poco, porque los intelectuales empezaron a criticar el partido y al mismo Mao, fue entonces cuando se creó “EL MOVIMIENTO ANTI-DERECHISTA” y con violenta represión maoísta muchos intelectuales fueron torturados y ejecutados, quedando sepultada de esta forma “La libertad de expresión”.



Hoy en día la República China, bajo el gobierno del Presidente Hu Jintao y su primer Ministro Wen Jiabao, han venido cumpliendo estrictamente las reformas constitucionales de 1978 que hiciera Deng Xiaoping.



Analistas han considerado que China en estos momentos está viviendo una fiebre capitalista disfrazada por el régimen como una apertura económica dentro del Socialismo.



Mientras en Venezuela Hugo Chávez cerraba definitivamente 80 Mac Dónalds, Larry Light, el Jefe de Marketing de Mac-Donalds anunciaba con júbilo la apertura de más de 1000 negocios en China.



Como lo dice Andrés Oppenheimer, columnista del Miami Herald y analista político de CNN, existe un enorme contraste entre el discurso político de los comunistas chinos y el de sus parientes lejanos del escenario político latinoamericano.



Los Jerarcas chinos conservan un discurso marxista-leninista para justificar su dictadura de partido único, pero en la práctica están llevando a cabo la mayor revolución capitalista de la historia universal. El 60% de la economía China ya se encuentra en manos privadas.



Hay que recordar, hace 20 años cuando de China no se conocía sino su alta producción de arroz y su fina porcelana.



Oppheneimer, considera que hay países de izquierda capta-capitales y países de izquierda espanta-capitales, afirmando que en Venezuela la pobreza aumentó de un 43% a un 53% en el 2004 y que el presidente Chávez con el cierre de las 7.000 empresas privadas al inicio de su gobierno, desató una fuga de capitales de 37 mil millones de dólares, aumentándose el desempleo de un 13% a un 19% de la población.



España y Chile que antes fueron gobernadas por dictaduras de derecha, hoy están prosperando con democracias capitalistas y dirigidas por partidos socialistas.



Mientras en la China se ufanan de tener una cultura milenaria de trabajo, España tiene una historia más identificada con la siesta, el vino y la juerga, sin embargo ambos países han logrado atraer un aluvión de inversiones extranjeras.



La fiebre capitalista China es tan desmedida que de los 10 centros comerciales más grandes del mundo 7 corresponden a ese país. Allí se pueden encontrar las últimas colecciones de las marcas más finas como Hugo Boss, Pierre Cardin, Armani, Fendy, Laroche o cualquiera de las más altas casas de costura.



El Golden Resources Shopping Mall, tiene una area de 56 hectáreas, 230 escaleras eléctricas, un parqueadero para 10.000 autos, este centro comercial emplea 20.000 personas y a su alrededor se están construyendo 110 edificios.



Cerca de allí, hay tiendas inmensas de Mercedes Benz, Alfa Romeos, lamborghinis, BMWs y Audis, esto ubicándonos solamente en Beijing.



En todas las grandes ciudades de China, se respira la abundancia, existe una nueva clase de súper-ricos que lograron su legitimación en el 2004 cuando fue aprobada una enmienda a la constitución que establece que “La propiedad privada y legítima, es inviolable y que el estado de conformidad con las leyes vigentes debe proteger la propiedad privada de los ciudadanos, como también los de su herencia”.



PERO DE ESTO TAN BUENO NO HAY TANTO, decían los antiguos. En China, hoy la desigualdad social está en aumento, el trabajo infantil es tan común, que ni llama la atención, el horario de trabajo, rara vez, es menos de 12 horas diarias, millones de trabajadores viven hacinados en dormitorios comunes, turnándose para dormir en las mismas camas que dejan sus compañeros, no hay derecho a asamblea y mucho menos de huelga.



La Salud y la Educación son costosísimas, que por su sistema comunista debería ser gratuita. Un 45% de la población urbana y un 80% de la población rural no tienen ningún tipo de seguro médico.



La China comunista, hoy es un capitalismo de estado, un régimen autoritario, cuyo principal objetivo económico es mejorar la competitividad a cualquier costo, no se admiten reclamos salariales y los patronos pueden despedir a los trabajadores sin ningún problema.



Los jóvenes que trabajan en los restaurantes ganan menos de un dólar por hora y la gran mayoría trabajan de 8.00 de la mañana a 11.00 de la noche.



Existen muchas críticas de los grupos internacionales de derechos humanos sobre los miles de fusilamientos anuales, el trabajo infantil y la ocupación del Tibet.
Tiene más de 30.000 agentes dedicados especialmente al bloqueo de páginas de internet y palabras como Democracia, igualdad, Tíbet o Taiwán, jamás pueden expresarse en los diarios chinos.



No obstante el boom de la construcción, está consumiendo el 40% del cemento mundial, con construcciones ovaladas, redondas, piramidales y para todos los gustos, con un toque oriental moderno y sobre todo gigantescas.



Como están de moda los tratados internacionales , el tratado de libre comercio (TLC), la Unión Europea, etc., la China le compra materias primas a 10 países de la Asociación de naciones del sudeste asiático (ASEAN), incluyendo Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia, originando así, la zona de libre comercio más grande del mundo.



La principal atracción de Shanghai, es “EL MONUMENTO AL CONSUMIDOR”, que está representado por una mujer y un niño portando cuatro bolsas de compras.



Si el desarrollo y crecimiento de China sigue a esos pasos agigantados, en una o dos décadas se constituirá en la primera potencia mundial o como dicen algunos analistas políticos podría suceder lo contrario, pues los 800 millones de campesinos que no reciben beneficios de esta bonanza de los ricos y a quienes las migajas no les alcanza podrían rebelarse y volvería a suceder algo igual a la revuelta estudiantil en la plaza de Tienanmen en 1989, trayendo como consecuencia que este emporio económico y su gobierno se derrumbarán como un castillo de naipes.



Eduardo Galeano en conferencia dictada en una prestigiosa Universidad Española, no recuerdo cual, porque lo leí hace tiempo, afirmaba que los tratados de libre comercio, no eran más que negocios privados entre corporaciones pero que jamás en esos acuerdos se establecían políticas sobre la asistencia social o mejorar la condición de los pueblos.



Esos escándalos periodísticos sobre desarrollo no eran más que un galimatías, el progreso era para los mismos, los poderosos de siempre.



Bibliografía:
Cuentos Chinos. Andrés Oppenheimer.
La libertad y sus enemigos. Carlos Alberto Montaner.
Wikipedia.

Abelardo Giraldo, para El Ciudadano
Coreguaje2@yahoo.com 01/24/12.