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Las semillas transgénicas

Por todos los medios y en todas las épocas se ha querido acorralar al ser humano.
Antiguamente, en las fincas cafeteras de Sevilla se cultivaba el ARABIGO, un árbol que duraba 40 años produciendo café, sin más abono que su propia cereza.
Con el producto de sus cosechas se deshierbaba la finca, se renovaban las siembras, no había necesidad de comprar abonos ni de pagarle a los bancos.
Los campesinos ahorraban para comprar otras parcelas, diversificar sus cultivos, el café que se vendía a la federación era de gran calidad, las familias eran levantadas en abundancia, con buena y nutritiva alimentación y el dinero alcanzaba.
Después fueron surgiendo nuevas semillas como Variedad Colombia, Caturra y no sé que otras, con las que se incluían, abonos químicos y préstamos bancarios para los Caficultores.
Pero sucedió que con estas nuevas técnicas de las Ciencias Agrarias Cafeteras Colombianas y los Bancos, lo que consiguieron fue erosionar la tierra, los químicos degradaron los suelos, la fertilidad decreció, el campesino se endeudó y llegó el momento en que los ingresos económicos por el producto de sus cosechas ni siquiera alcanzaba para comprar los insumos o reparar los beneficiaderos.
Se trabajaba solamente para pagarle a los bancos y adquirir un nuevo préstamo.
Hoy ha surgido un nuevo fenómeno “LAS SEMILLAS TRANSGENICAS” que suponen el incremento del uso de tóxicos en la agricultura, contaminación genética del suelo, pérdida de biodiversidad, desarrollo de resistencias en insectos y “malas hierbas”, riesgos sanitarios y efectos no deseados en otros organismos.
Transgénico quiere decir un organismo modificado genéticamente, es decir un organismo vivo que ha sido creado artificialmente y al que se le han manipulado sus genes.
La manipulación genética consiste en aislar segmentos del ADN (material genético), de un ser vivo (virus, bacteria, vegetal o ser humano), para introducirlos en el ADN de otro.
En España EL INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES AGRARIAS, una voz solitaria a la que el Gobierno no obedece, propone desinfectar los suelos de productos químicos y que tengamos en cuenta que los problemas del campo no son solo de los agricultores sino de todos nosotros, que luchemos por una AGRICULTURA ECOLOGICA, recomendando territorios libres de transgénicos y defendiendo una soberanía alimentaria, representada en los derechos de todo ciudadano a elegir lo que quiere o no quiere comer.
Nos aconseja que promocionemos la Agroecología como ciencia y forma de vida.
Los cultivos de semilla transgénica más comunes son el maíz, la soja, la papa, las batatas el algodón y el arroz, las cuales han sido tratadas en laboratorio, de tal forma que no produzcan semillas o sea que en un futuro, para cada siembra se necesitará adquirir más semillas, las que ya no serán gratuitas como en la evolución natural, habrá que comprarlas.
Empresas multinacionales como Monsanto, Singerta-Novartis, Bayer, Danone o Actimel, que son las que monopolizan la obtención de semillas a nivel planetario, seguirán adelante en su sofisticada técnica de dominación de los genomas vegetales.
Se dice que en la India cada año se suicidan más de 20.000 agricultores al descubrir el engaño de las semillas transgénicas, especialmente las del arroz y el algodón, ya que no pueden resembrarlas porque han perdido las semillas autóctonas. Esta noticia ha sido divulgada en varios diarios europeos.
Les basta sorber un trago del pesticida que antes con sus semillas no les hacía falta, pero que ahora como modernidad impuesta, tampoco pueden pagar.
Este problema contribuye a que la población de los países subdesarrollados se suma cada día más en la pobreza, fuera de afectar la salud de las personas y generar gran contaminación ambiental.
Algunas instituciones ecológicas han considerado esto, como terrorismo biológico con secuelas de muerte y desolación.
Son infinidad los estudios científicos imparciales que solicitan ponerle freno a los alimentos modificados genéticamente en la cadena alimenticia.
Experimentos realizados en ratas que han sido alimentadas con soja, maíz o patatas transgénicas, se les ha alterado su sistema inmunológico y han resultado con graves afecciones en el hígado, páncreas y riñones.
En Europa estas semillas están recibiendo un rechazo total por parte de sus ciudadanos, mientras que algunos Bancos las están subvencionando, las cuales nacerán una sola vez, haciendo que su descendencia sea estéril, evitando así, que el agricultor pueda volver a sembrarlas sin ningún costo.
Existe un proyecto subvencionado por la Unión Europea que se llama “Transcontainer” que consiste en que la semilla en lugar de tener una propiedad suicida, se transforme en una semilla “zombie” con posibilidades de recuperar su fuerza germinativa por medio de una nueva tecnología de extirpación de genes, denominado “exorcista”.
Es decir si un agricultor desea sembrar por un segundo año, la semilla transgénica comprada el año anterior, deberá pagar a la industria farmacéutica un producto químico para recuperar la vida de aquella semilla medio muerta, obtenida de segunda generación.
Será que nosotros necesitamos de tanta tecnología sucia para producir nuestros propios alimentos?, creo que no. Y tenemos que parar esto, alertando a nuestros campesinos y así, lograr rescatarlos, de caer, en tan tremendo error.
Hagámoslo por el bien de la humanidad, salud y alimentación deben ir íntimamente ligadas, dejando de lado la locura especulativa de estas potentes y enormes empresas farmacéuticas biotecnológicas multinacionales.
Según Greenpeace, los efectos sobre los ecosistemas son irreversibles e imprevisibles, producen alergias, tumores cancerígenos y hacen que nuestro cuerpo sea resistente a los antibióticos.
Estados Unidos, España y México son los mayores cultivadores de semilla transgénica, mientras que en Francia, Austria, Grecia, Hungría e Italia, son totalmente prohibidos estos productos, pero no su consumo, porque lo quieran o no, ya existen en todos los supermercados del mundo.
Mathew Metz, científico de la Universidad de Washington, asegura que más del 40% del maíz cultivado en los Estados Unidos es transgénico y lo define como un comercio desleal que la industria biotecnológica ejerce sobre los consumidores y el medio ambiente.
En Canadá expertos médicos, científicos y gubernamentales están pidiendo que se retire de los mercados todos los productos de Maíz, Soja o Cereal modificados, porque son un peligro para la salud y el desarrollo ambiental.
Abelardo Giraldo.01/24/13.