Buscar este blog

La sociedad de consumo

 El Postmodernismo

“Mientras más pequeño sea el mundo, más grande será el hombre”.  Max Weber.

En el mundo moderno, como ahora todo es globalización, el progreso de las naciones no será próspero si se separa del rumbo que lleva el mundo. Comenzando a describir cronológicamente desde la revolución industrial que se inició después de la segunda mitad del siglo XX y tuvo vigencia y auge en el XIX.

Los vestigios premodernos que sobrevivían todavía terminan siendo destruidos por la propia dinámica de una nueva sociedad, llamada moderna por antonomasia. Esta nueva sociedad dependía estructuralmente del movimiento, y una de sus figuras más características fue el ferrocarril, el desarrollo del transporte, el de las comunicaciones, las tecnologías productivas, la vida urbana, el mercado internacional; y como decía Marx, toda una modernidad inaugurada por la burguesía.

El ideólogo Joseph Schumpeter usó un juego de palabras para describir el proceso moderno como destrucción creativa.

La modernidad en otras palabras construye un mundo donde la constante desintegración y la consiguiente renovación se suceden una a otra en una vorágine imparable, el desencantamiento del mundo de weber. Un mundo donde las ligaduras tradicionales ya no ligan nada. - La razón se levanta para la ilustración.

Luego aparece el postmodernismo o sociedad de consumo, en dónde, el automóvil, que solo era reservado para las pequeñas élites ahora ante este nuevo cambio social se transforma como tecnología en movimiento que representa éxito, solución, juventud, madurez, masculinidad, feminidad, popularidad, refinamiento, velocidad, etc., Gracias a que Henry Ford en un aniversario de su empresa automotriz expresó su iniciativa diciendo: Fabricaré tantos carros que haré que cada uno de mis empleados tenga la capacidad de adquirir uno.

La sociedad de consumo no se caracteriza solamente por prodigar bienes y servicios, sino por el hecho más importante de que todo en ella es servicio. Los bienes materiales se presentan y se venden como servicio, sonrisas reglamentarias, halagos personales, pruebas gratis, ofertas de todo tipo, descuentos en la segunda compra, membresías exclusivas, garantías certificadas, envíos a domicilio y facilidades futuras de pago. El robot es la síntesis final de esta inversión en la que el bien se transforma por entero en servicio

La gran tarea de Occidente ha sido la mercantilización del mundo. Bien lo expresa de la siguiente forma un gran futurista Francés de apellido Braudillard, hasta lo más marginal, y lo más banal incluso lo más obsceno, se estétiza, se culturaliza, se museifica.

Sociedad postindustrial y sociedad de consumo son dos términos distintos, pero íntimamente ligados. La cultura postmoderna a diferencia de la tradicional desprecia el pasado, y a diferencia de la moderna demuestra indiferencia por el futuro, lo suyo es el puro presente, la cultura de lo rápido, comida rápida, hablar inglés en 30 días o menos, libros cortos con letras enormes y mensajes con pocos caracteres.

Erick Schmidt. ex-director ejecutivo de Google, en su exposición ante el Foro Económico Mundial de 2015, vaticinó que pronto habrá tantos dispositivos, tantos sensores, tantas cosas que llevaremos puestas encima, tantas cosas con las que interactuaremos, que ni las percibiremos y formarán parte de nuestra presencia en todo momento. Las fronteras entre lo online y offline conllevarán un efecto desdiferenciador de los sistemas económico y cultural.

El internet de todas las cosas son un ejemplo de la digitalización y la datificación de la vida…, nuevos sensores, nuevas cámaras, nuevas grabadoras de sonido, nuevos sistemas táctiles se van incorporando a todo, automóviles, refrigeradores, asistentes, billeteras, relojes, ropa, zapatos, hornos, cubos de basura, etc. Por ejemplo, la zapatilla géminis 2 mide la distancia y el tiempo recorrido; la cama sleep number monitorea el sueño, el ritmo cardíaco y la respiración; los juguetes génesis toys, conectados a internet, registran, procesan e interpretan cualquier cosa que diga el niño; el refrigerador inteligente vigila con una cámara de 2 megapíxeles el interior de la heladera y le registra los alimentos faltantes; los televisores Smart también incorporan cámaras que registran y comunican datos de sus espectadores los cuales son de interés para el FBI; las zapatillas Nike BB se conectan al teléfono vía Bluetooth y se vinculan a diversas aplicaciones; las chaquetas commuter de Levy's, se conectan con Google Maps y otras aplicaciones. Habrá tantos dispositivos, tantos sensores, tantas cosas que llevaremos puestas, tantas cosas con las que interactuaremos, que ni las percibiremos; y formarán parte de nuestra presencia en todo momento.

En los Estados Unidos, un hogar promedio dispone de 12 a 15 dispositivos conectados a internet, el Reino Unido, el promedio es de 10 a 12 dispositivos y Australia se disparó el uso a 17 dispositivos conectados.

Como podemos apreciar esta generación trabaja para el consumo.

Abelardo Giraldo López.

01/07/2023