En la edad media existió una institución jurídica
amparada por las leyes de la época y se llamaba La Esclavitud, la cual
consistía, en que una persona llamada Esclavo, era propiedad de otra
denominada El Amo.
Este sistema tuvo sus orígenes en la
antigüedad y las primeras civilizaciones que lo utilizaron fueron los sumerios
en Mesopotamia, seguidos por Grecia, Egipto y Roma.
Los esclavos eran sometidos a muchos vejámenes, tales
como ser golpeados, torturados, apaleados o quemados vivos.
Los movimientos anti esclavistas empezaron a surgir a
finales del siglo XVIII y fueron exterminando este sistema, en la mayoría de
las regiones del mundo, hasta que en el
año de 1926 en la Convención de Naciones sobre la Esclavitud, llegaron a
considerarla como un Crimen Contra La Humanidad.
En la actualidad, todavía se registran casos de
esclavitud en países como, La India,
Sudán y Mauritania, en el sudeste asiático utilizan con frecuencia, la mano de obra infantil esclava y en el mundo de hoy, la trata de personas, lo mismo que la
prostitución, podríamos considerarlas, como determinados tipos de esclavitud.
Recientemente, en
México se presentó un caso que ha
sacudido profundamente la sociedad, allí en un sitio llamado Lomas
De Padierna, al sur de la ciudad capital, una joven que para proteger
su identidad o posibles represalias, decidió llamarse Zunduri, que en japonés
significa Niña Hermosa, se logró escapar de un infierno en el que la
tenían sometida, bajo un bárbaro sistema esclavista.
Cuenta ella en sus numerosas entrevistas, que debido a
una niñez terrible, ocasionada por el maltrato que le infligían sus padres,
decidió abandonar su hogar y una amiga le buscó trabajo en una tintorería
propiedad de la familia integrada por sus captores, José de Jesús Sánchez Vera,
Leticia Molina Ochoa, Fanny Ochoa y las hermanas Ivette y Janet Hernández
Molina.
Estos siniestros personajes, utilizaron la joven,
obligándola a realizar trabajos forzados sin pago, manteniéndola cautiva por año y medio, con una sola comida al día, sin agua, trabajando sin descanso durante largas
horas planchando ropa, la encadenaban, le prohibían usar el baño y sus
necesidades físicas las realizaba en bolsas o desechos plásticos con el
beneplácito de sus torturadores.
Dicen los registros médicos, que a pesar de tener la
edad de 22, sus órganos tienen el mismo
desgaste de una persona de 85 años.
Zunduri denuncia, que diariamente era azotada y que los
golpes para ella eran el pan de cada día, amenazándola además, con reportarla a
las autoridades por robo, si en algún momento ella intentaba escapar.
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México,
son muchas las personas explotadas cada año, en el 2012, se registraron 396
casos parecidos, en el 2013 fueron 660 y en el primer semestre del 2014,
ascendían a 413.
El Secretario de Trabajo y Seguridad Social de México,
Alfonso Navarrete Prida, señaló que este caso, fuera de ser un abuso laboral,
se considera un secuestro, privación ilegal de la libertad y explotación a
persona sometida.
Este delito, según las leyes penales mexicanas se paga
con 70 años de prisión. Resulta
horroroso escuchar esta clase de noticias en pleno siglo XXI.
Personalmente incluiría dentro de este tipo de
delitos, el reclutamiento forzado de menores de edad en organizaciones al
margen de la ley, utilizándolos para la guerra en, grupos paramilitares,
guerrillas y bandas criminales a todo lo
largo y ancho de varios países, que conforman la América Latina.
Por |Abelardo Giraldo
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