“La naturaleza
siempre está en acción y maldice toda negligencia”. J. Wolfgang Goethe.
“No hay sol para los
ciegos ni tormenta para los sordos” Proverbio Chino.
Este macabro barco del presente con rumbo desconocido,
nos está llevando al final de los tiempos, generándonos preocupación y alarma.
Según estadísticas, la tierra desde que los
científicos empezaron a llevar la cuenta, ha registrado 358.215 terremotos,
incluyendo este último ocurrido en Chile. Afortunadamente este nuevo sismo, del
16 de Septiembre en horas de la noche, a pesar de su magnitud de 8.3., fue
menos destructivo que el ocurrido en el año 2010, en este último solo fueron, 12
los muertos, 5 los desaparecidos y un millón de evacuados.
La presidenta Michelle
Bachelet, lamentó las víctimas fatales y ordenó un despliegue rápido de los
equipos de evacuación y rescate. Aunque fue muy grande el temor por un posible
tsunami como el ocurrido en el año 2010, que dejó un saldo de 800 muertos y 2.000.000
de personas las que perdieron sus hogares, quedando prácticamente en la calle.
Pablo Neruda en el año de 1960,
cuando otro sismo de 9.5 sacudió su país, que llamaron El Terremoto de Valdivia y que dejo más de 2.000 víctimas, escribió
un poema que me permito transcribir:
“En el comienzo de la primavera marina, cuando
el ave asustada y hambrienta persigue la nave,
y en la sal apacible del cielo y el agua,
aparece el aroma del bosque de Europa, el olor de la menta terrestre, supimos
que la amada Chile, sufría quebrada por un terremoto.
Dios mío, tocó la campana, la lengua del
antepasado en mi boca,
otra vez, otra vez el caballo iracundo patea el
planeta
y escoge
la patria delgada, la orilla del páramo andino.
La tierra que dio en su angostura la uva celeste
y el cobre absoluto,
otra vez, la herradura en el rostro de la pobre
familia, que nace
y padece
otra vez, el espanto y la grieta.
El suelo que aparta los pies y divide el volumen
del alma,
hasta hacerla un pañuelo, un pañuelo de polvo,
un gemido,
Por los muros caídos, el llanto en el triste
hospital,
por las calles cubiertas de escombros y de
miedo,
por el ave que vuela sin árbol y el perro que
aúlla sin ojos,
patria de agua y de vino, hija y madre de mi
alma.
Deja confundirme contigo en el viento y el
llanto,
y que el
mismo iracundo destino, aniquile mi cuerpo y mi tierra.
Hay, canta guitarra del sur en la lluvia, en el
sol lancinante,
que lame los robles quemados pintándoles alas,
hay, canta racimo de selvas, la tierra empapada,
los rápidos ríos,
el inabarcable silencio de la primavera mojada,
y que tu canción me devuelva la patria en
peligro,
que corran las cuerdas del canto en el viento
extranjero,
porque mi sangre circula en mi canto si cantas,
si cantas oh patria terrible, en el centro de
los terremotos,
porque así necesitas de mí, resurrecta,
porque canta tu boca en mi boca y solo el amor
resucita”.
Se dice que el
terremoto del año 2010, ocurrido en Chile, afectó el eje de la rotación de la tierra,
que el día se acortó en 1.26 micros
segundos y el eje del planeta, se desplazó 8 centímetros, según afirman
científicos de la NASA. Fue considerado como el segundo más fuerte en la
historia de ese país y el octavo en la historia de la humanidad, el cual fue de magnitud 8.8.
Por| Abelardo Giraldo
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