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Reflexiones políticas.

Texto de Abelardo Giraldo López.

Tengo para comentarles que estamos viviendo tiempos muy convulsos y los escritores, poetas y artistas contemporáneos, debemos estar inmersos en la dinámica social, ayudando a construir justicia que nos conduzca a encontrar paz, equidad y solidaridad. 

No sería justo sentirnos por encima de las adversas circunstancias que estamos viviendo, ni podremos ser indiferentes, observando cómo se roban los recursos públicos de nuestra nación, la rampante corrupción en todos los niveles y la flagrante violación a los derechos humanos.

 

Con nuestros escritos debemos despertar conciencias y acatar los legados que grandes maestros de la antigüedad nos dejaron a través de la escritura.

 

A Confucio, por el año 213 a de C., un tirano de nombre Qin Shi Huang, quien fue considerado como el primer emperador de China, le mandó a quemar todos los libros, se desconoce cuánto conocimiento literario y cultural se perdió en aquella ocasión, pero una cosa si es cierta, sus seguidores gracias a las ventajas del papel y la imprenta, creadas en China, lograron rescatar una amplia difusión y con ella la supervivencia de los textos.

 

Aprovecho la oportunidad para agradecer de manera especial, los grandes conocimientos que, con sus escritos, conferencias y simposios, nos imparte cuotidianamente nuestro gran amigo y colega constitucionalista Dr. Alberto Ramos Garbiras.

 

Me pareció muy interesante lo expresado por él, de que la democracia va en declive en Latinoamérica y muchos países del mundo, en razón a que los autócratas se han dedicado a desmantelar las instituciones que equilibran los balances de poder.

 

Desde los medios de comunicación alternativos, desde la literatura, desde el arte y por todas las formas culturales posibles, tenemos que levantar la voz y denunciar esas grandes campañas de privatización a los servicios públicos de nuestra nación. Las alianzas de las extremas derechas son muy peligrosas y tenemos que dimensionar mucha imaginación para enfrentar esos retos que se nos vienen en contra, no solo a nosotros, sino a toda la sociedad en general.

 

Por ejemplo, Elon Musk, acaba de poner la red social X, al servicio de las élites globales, para que podamos ser perfilados. La sociedad civil debe estar preparada, porque las noticias falsas, la desinformación, el odio hacia el pobre y el oscurecimiento de la verdad, están al orden del día y al servicio de las derechas de turno, que registran todo clandestinamente.

 

Hoy tenemos miedo a los desastres naturales, a los regímenes políticos autoritarios, a la perversión de las instituciones, al neoliberalismo, a los sistemas bancarios, etc. Un país jamás podrá vivir tranquilamente al borde de un precipicio”, nos aprestaremos a vivir bajo la tiranía de arrogantes y despilfarradores gobiernos, que nos harán cubrir con nuevos impuestos, los desfalcos al erario público y los mega- prestamos, adquiridos por estos delincuentes de turno.

 

Yo les aconsejaría que aprendamos del filósofo estoico “SÉNECA” cuando le expresó a NERÓN, Tu poder radica en mi miedo; ya no te tengo miedo, ya no tienes poder”.

 

Que diferente es nuestra Colombia hoy, el progresismo la encontró, llena de burócratas, desfalcada y acabada, con una desbordada tala de bosques, un incremento significativo de cultivos ilícitos, grupos irregulares por doquier y un asentamiento desproporcionado de multinacionales, dedicadas a la explotación minera y de hidrocarburos.

 

Toda esta situación nos lleva a recordar, cuando en la cruel época de la conquista, el verdugo español, le decía a su ejército de invasores; matad al    indio y salvareis al rey”.

 

Nos seguirán subiendo el IVA, los verdaderos ricos continuarán como siempre, evadiendo impuestos y depositando sus riquezas en paraísos fiscales, ese monstruo, cuya cara son los partidos políticos, nos congelarán primero y recortarán después las prestaciones sociales, se reducirán los beneficios a la salud, se aumentará el copago de los servicios médicos, urgencias o instancias hospitalarias, subirán el impuesto a los bienes inmuebles y a toda clase de servicios públicos.

 

La televisión nos produce intoxicación intelectual, ceguera ontológica y nos hace creer en fake news, gracias a una continua difusión de mentiras, los medios masivos de comunicación se han dedicado a anestesiar al pueblo, mediante la producción de espectáculos, eventos deportivos, mundiales de fútbol, telenovelas y un sinnúmero de diversiones a través de la televisión, mientras las élites políticas del Estado traman o articulan las formas de continuar con el inescrupuloso y continuado saqueo a nuestra nación.

 

La esperanza de conseguir un mundo mejor se hará cada día más difícil, si continuamos caminando de manera frívola, anodina y sin lógica.

 

El tercer milenio será un período de enormes desafíos para las futuras generaciones, las perturbaciones que han afectado el medio ambiente como el cambio climático y la destrucción de la capa de ozono, gracias al uso de los combustibles fósiles, a la indiscriminada deforestación y a todo tipo de minería, están provocando desastres naturales violentos y de grandes proporciones en todos los rincones del planeta.


Nuestra historia está repleta de dictaduras y de malos gobiernos, que han causado un indecible sufrimiento a los pueblos, los que han tratado de ayudar siguen siendo muy pocos. Estamos errando al elegirlos.

 

Henry Kissinger, que negoció la paz con Vietnam, dijo en una ocasión; “La historia no es más que una sucesión de esfuerzos fallidos y aspiraciones malogradas”.

 

Nosotros diríamos que la vida en la tierra es dura y nunca ha sido tan dura como aquí y ahora. Hoy se organizan marchas de protesta y manifestaciones en pro de los derechos humanos, apoyamos a organizaciones como Amnistía Internacional y Green Peace. Hoy, cuando luchamos por los menos afortunados, los pobres y los hambrientos, encontramos que, aunque se ganan pequeñas batallas, parece como si las fuerzas del mal se hubieran tragado el mundo y a nadie le importara, lo que nos lleva, por consiguiente, a una total impotencia.

 

El progresivo agotamiento de los recursos naturales, incluyendo un elemento tan necesario para la vida como el agua, está enfrentando la humanidad al desafío de su propia supervivencia.

 

A ninguna potencia capitalista le ha interesado implementar políticas que apunten a un crecimiento menos depredador, a mermar el derroche de los recursos naturales o a promover al ser humano como sujeto activo de la sociedad.

 

Las trasnacionales solamente apoyan las políticas neoliberales de los años 80 con su secuela de desreglamentaciones, privatizaciones, recortes sociales, así como el desmantelamiento de los estados-nación, dejando al mundo con las puertas abiertas a la ambiciosa expansión depredadora de las grandes compañías.

 

En nuestro país gobiernos anteriores han adjudicado más de 800.000 títulos mineros y han vendido hasta los páramos.

 

El desayuno diario son los escándalos por corrupción, lo mismo que los frágiles enjuiciamientos judiciales debidos a la politización de la justicia, que ha ocasionado en el ciudadano común, una desafección creciente hacia las políticas tradicionales, que van desde un simple desinterés hasta un marcado abstencionismo en épocas electorales.

 

Los beneficiarios del nuevo orden mundial acuden a comprar gobiernos, mediante jugosas bonificaciones o ventajas en especie que se han venido materializando en propiedades como yates, carros de alta gama, artículos de arte, oro, piedras preciosas y depósitos en paraísos fiscales, entre otros, lo que abre más la brecha social, en condiciones que están generando alarma.

En épocas electorales, los partidos políticos especialmente tradicionales de derecha presentan maravillosos programas sociales, pero no los cumplen cuando están en el poder, porque engañan conscientemente.

Ahora que Colombia, se encuentra adelantando un proceso de paz, recordemos a Mandela, cuando afirmaba; “La paz no consiste simplemente en la ausencia del conflicto, sino en la creación de un entorno en el cual todos podamos progresar, independientemente de cualquier característica social que nos distinga y que por lo tanto debemos sumarnos a la riqueza de la biodiversidad Concluía también; “Los héroes no son los que firman la paz, sino los que la construyen”.


Abelardo Giraldo López

11/21/2024.