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La biblioteca de Alejandría

El ánfora conserva siempre el aroma del primer vino que guardó”. Horacio.

Autor Abelardo Giraldo

Para entrar en el tema de Alejandría nos viene a la memoria: El faro de Alejandría, una de las siete maravillas del mundo antiguo, la Biblioteca de Alejandría, La Escuela de Alejandría y el Gran Patriarca o Patriarca de Alejandría, jefe máximo de la IGLESIA ORTODOXA y a quien se considera, segundo en el rango de la Iglesia Imperial, después del papa Benedicto XVI.

Este es el nombre de una Antigua ciudad, fundada por Alejandro Magno cerca del delta en el Nilo, durante sus campañas por los años 334 - 323 a de C., la cual acogió la mayor biblioteca de la antigüedad clásica y fue considerada como la librería real de Egipto y conservada por los Ptolomeicos desde la tercera centuria antes de Cristo.

Esta biblioteca sobrevivió la desintegración del imperio alejandrino y consiguió seguir existiendo, bajo el imperio romano hasta la 3a centuria d. de C.

Allí se conservaba toda la Escuela helenística, su filosofía, sus ciencias biológicas, teorías de la gramática y la controversia .las revisiones homéricas y humanísticas de la época, la producción literaria de Hipócrates, la historia de la Literatura e infinidad de textos del conocimiento.

Tenía serias rivalidades con otras famosas bibliotecas de la época como la de Antioquía y la de Pérgamo en el Asia Menor.

La historia cuenta que uno de los mejores generales de Alejandro Ptolomeo I, fue el que inició una dinastía griega en Egipto, fundando la biblioteca e importando de Atenas el pensamiento de los filósofos griegos gracias a los consejos de unos de ellos Eudoxio y Demetrio de Falero, este último fue el primer director y bibliotecario, posición que después ocupó el mismo Aristóteles.

Pues según historiadores cuentan que Aristóteles donó su biblioteca privada que constaba de 400.000 volúmenes y otro de los filósofos de nombre Teofastro donó 90.000.

Era costumbre que los manuscritos se escribieran sobre láminas de papiro que se extraía de un vegetal muy abundante que crecía en las riberas del Nilo y sucedió que a causa de su rivalidad con la biblioteca de Pérgamo en Asia Menor, Ptolomeo filadelfos, prohibió la exportación del papiro egipcio.

Fue entonces cuando en Pérgamo, a la carencia de papiro, se le dio creación a otro gran invento “EL PERGAMINO”, que se conseguía preparando la piel de cordero, de asno, de potro o de becerro, el cual resultó mas resistente que el papiro y con la ventaja de poderse escribir por ambos lados.

Según un escritor latino de nombre Aulio Gelio (123-165 a de c), afirma que esta Biblioteca se inició con 700.000 libros.

Llegó a ser la más grande, rica e importante de la antigüedad, sobrepasando las bibliotecas rivales de Atenas y Antioquía.

Allí se sentaban persas, Egipcios, fenicios, árabes, judíos, indios, quienes buscando el conocimiento en sus archivos se sentaban en bancos de piedra, bajo sus pórticos, mirando el gran Faro y el mar azul que se divisaba desde el más hermoso de los puertos.

Estar tan cerca del mar fue la causa accidental que ocasionó su trágico destino. Un sobrino de Séneca dejó escrito que una acción militar de Julio César quien peleando contra las huestes alejandrinas ptolomeicas, ordenó prender fuego a 60 naves marítimas del enemigo, el incendio llegó a los muelles del gran Puerto, pasó a la ciudad real y alcanzó los depósitos de la Biblioteca.

Séneca lo define así :” LAS CASAS VECINAS DE LOS MUELLES PRENDIERON FUEGO; EL VIENTO CONTRIBUYO AL DESASTRE , LAS LLAMAS ERAN LANZADAS POR EL VIENTO FURIOSO COMO METEOROS SOBRE LOS TEJADOS”.
Lucio Agneo Séneca en su obra “De tranquilitate animi” menciona que fueron quemados 40.000 libros.

Senadores del imperio romano como Cicerón, Appiano, Tigellinus, Estrabón y el mismo Julio César, callaron todo el tiempo su responsabilidad en tan desafortunado accidente, se limitaban a hablar de la batalla pero silenciaban el desastroso incendio.

Solamente fue en el gobierno de Claudio, quien violando la censura política impuesta por las clases senatoriales y republicanas del Imperio, dio a conocer tan escabrosa noticia sobre la destrucción e incendio de la biblioteca, esto conmocionó al Senado y fue entonces cuando empezó a considerarse a Julio Cesar como un gran tirano, promotor del atraso cultural del pueblo de Roma.

Luego en el siglo IV d.C.,a la biblioteca ,le surgió un nuevo enemigo EL CRISTIANISMO, el cual después de haberse establecido como la religión oficial del Imperio Romano, empezó a perseguir los santuarios del conocimiento griego por considerarlos eminentemente paganos.

La situación se tornó aún más crítica durante el reinado de Teodosio I (375-395 d.C.), quien por decreto imperial, ordenó cerrar los templos griegos por considerarlos paganos y esta magnífica biblioteca fue destruida y saqueada, pereciendo a manos de los cristianos en el año 391.

Las llamas arrasaron la última gran biblioteca de la antigüedad , llevándose consigo el 80% de la ciencia y la civilización griegas además de importantísimos legados de las culturas asiática y Africana, estancando de esta forma, el progreso científico y el desarrollo de la humanidad que duró a oscuras por más de cuatrocientos años.

En la actualidad Alejandría se considera como el segundo Puerto más grande de Egipto y aún se conserva su biblioteca, gracias a que la UNESCO y muchas entidades internacionales de la cultura, lograron reinaugurarla y hoy día se considera patrimonio de la humanidad.

Allí se conservan algunos de los rollos en papiro que fueron rescatados de su destrucción.

También fue famosa por el antiguo faro que media 400 metros de alto por 120 metros de ancho y que había sido construido durante el reinado de Ptolomeo II y como decíamos al principio se llegó a considerar como una de las siete maravillas del mundo.

Podríamos concluir que los tesoros más preciados de la humanidad han padecido a través de la historia, infinidad de riesgos y “ cuantos más habrían y de los que no tenemos siquiera conocimiento?

Cordialmente
Abelardo Giraldo