Uno de los temas de actualidad que ocupa todos los periódicos es el relacionado con la VIOLENCIA EN COLOMBIA, tema sobre el cual se ha escrito una numerosa bibliografía.
Muchas son las marchas que se han realizado rechazándola, incluso en días marcados por el frío o la llovizna, en donde voceros de muchos movimientos toman la palabra y le dan la vuelta a discursos y slogans en contra de los grupos irregulares o al margen de la ley o contra la corrupción cada día más rampante al interior de las instituciones del Estado.
Son marchas que al fin y al cabo no conducen a nada y terminan solamente con activistas presos en comisarías o instituciones policiales.
Luego la buena fe del pueblo expresada en estas manifestaciones públicas ocupan titulares en los diarios por espacio de 2 o 3 días para luego entrar a formar parte de lo que llamamos el olvido social.
Hoy la violencia en Colombia y muchos países latinoamericanos, goza de una tremenda interrelación entre conflicto armado y narcotráfico.
Existe una alianza maldita entre cocaine, Kalansnikov y R-15, que nos dejan entrever que el comercio de drogas y el comercio de armas son afines.
A veces el Estado ha venido utilizando medidas que riñen con la democracia, porque el estilo ha cambiado, ya no se dice guerra contrainsurgente sino guerra antiterrorista.
El Señor Eduardo Pizarro en su libro “Una democracia asediada”, considera que el método usado por estos grupos, como actores políticos no es el adecuado, al poner en práctica acciones delincuenciales, como medio de financiación de los mismos, hace difícil que un Estado les otorgue el status de fuerza beligerante, como exigen las propias FARC.
La posibilidad de un acuerdo negociado y apoyado por la comunidad internacional, se desvanece.
A seis días de posesionado el nuevo Presidente de Colombia, la violencia hizo su aparición nuevamente y 50 kilos de anfo, que es el explosivo de moda, estallaron frente a CARACOL, la cadena radial más grande del país, dándonos la impresión de que le quieren aguar la fiesta al nuevo jefe de Estado.
El Señor Santos como asegura la BBC., había desactivado otras bombas entre ellas, las tensiones con Venezuela y Ecuador lo mismo que con las altas cortes de justicia, pero con esta acción, salen a relucir de nuevo la hipótesis en contra de los sospechosos de siempre.
Unos incriminan a la FARC , aseguran que la modalidad disuasoria de estos y que ha venido siendo empleada hace mucho tiempo es por un lado negociar y por la otra colocar bombas. Ese mismo día había sido desactivada otra bomba en Neiva Huila.
Otros dicen que fueron las narcotraficantes paramilitares, para demostrar que siguen teniendo poder de intimidación, ya que la próxima semana se inicia un debate en la Cámara , con el fin de regresar las tierras a los desplazados.
Ha habido muchas manifestaciones de repudio a esta acción terrorista, el Senador Gustavo Petro, dice que se atreve a afirmar que esta bomba tiene un claro objetivo, llevar el actual gobierno a la postura del anterior.
El tiempo informó que también fueron amenazados de muerte, el Señor Rigoberto Jiménez, director de la Coordinadora Nacional de Desplazados y Alfonso del Castillo miembro del grupo de abogados que intercederá a favor de las víctimas en el próximo debate.
Y como decía al principio, hubo nuevamente una marcha, en contra de esta acción y en solidaridad con la libertad de prensa.
El enigma de la investigación aún continúa.
Cordialmente,
Abelardo Giraldo.