Considerar lo propio, de un valor absoluto, irremplazable y lo extranjero como algo sin valor, degenerativo, empobrecedor de la conciencia espiritual de un país, concepto de fácil arraigo en muchas civilizaciones antiguas, no es más que un prejuiciado e ingenuo concepto, irreal y pretencioso.
Sin ir muy lejos, la Alemania de Hitler, La Unión Soviética de Stalin, la España de Franco y la China de Mao, sus propias culturas eran incomunicadas, cerradas y defendidas contra todo lo que sonara a extranjero.
Estas erróneas concepciones resultan seductoras a mucha gente, este falso patriotismo se deja persuadir por ideologías autoritarias que las promueven.
El escritor VARGAS LLOSA, expresa que: AQUELLOS QUE DICEN CREER QUE EL PLURALISMO POLITICO Y LA LIBERTAD ECONOMICA SON HOSTILES A LAS VERDADES UNICAS QUE LOS GOBERNANTES SUBSCRIBEN A TRAVES DE SUS PROPIAS TESIS, NO SON MAS QUE IGNORANCIA POR UN LADO Y DEMAGOGIA POR EL OTRO.” EL NACIONALISMO NO ES MAS QUE LA CULTURA DE LOS INCULTOS”.
OCTAVIO PAZ, ha bautizado el estado actual como “EL OGRO FILANTROPICO”, porque no es más que un estancamiento intelectual y científico, eternizado en un anacronismo que asfixia el arte, es como que sintiéramos nostalgia por la edad de los Bárbaros.
Hay que reconocer que no existen culturas emancipadas o independientes, lo que existe es culturas pobres y culturas ricas, arcaicas y modernas, débiles y poderosas, todas han sido dependientes, más ahora que el Adelanto de las comunicaciones modernas ha tumbado las fronteras entre las naciones y todos los pueblos somos partícipes a diario de los hechos de actualidad.
Ninguna cultura ha llegado a constituirse sola, sin necesidad de nutrirse de otras, las nociones de lo propio y lo ajeno, son dudosas, por no decir absurdas en el dominio cultural.
En el modelo literario, qué escritor o poeta en la América, no ha acudido con gran libertad al depósito cultural que nos dejaron los filósofos de Grecia, la Francia licenciosa y cortesana del Siglo XVIII, la España del Siglo de Oro, el mejicano Octavio Paz, Jorge Luis Borges de la Argentina, la concepción triste hechicera y melancólica de William Foulkner, etc.
¿Qué hubiese ocurrido a la obra de Borges, sin la dependencia extranjera?.
Siendo culturalmente ciudadanos del mundo es como contribuiríamos al engrandecimiento de nuestras naciones.
Hay que abrirnos a todas las corrientes intelectuales, científicas y dejar que las ideas circulen libremente, vengan de donde vinieren, que compartan con nosotros las miserias y las grandezas de la aventura humana.
Mientras más diverso y más libre sea el intercambio y la rivalidad de las ideas, más rico será el crecimiento cultural de nuestros pueblos.
Alguien dijo “NUESTROS DICTADORES HAN SIDO TAN INCULTOS QUE PRIVAN DE LA LIBERTAD A LOS HOMBRES, PERO RARA VEZ A LOS LIBROS”.
Ningún Estado debe atribuirse ningún derecho a amordazar el trabajo intelectual y artístico de un país con el argumento de conservar la pureza o la salud ideológica de la cultura.
Los estados no deben imponer o privilegiar doctrinas o ideologías que socaven la libertad de expresión y el libre tránsito de las ideas, al contrario debemos fomentar las artes para que estas florezcan.
Vuelvo a Vargas Llosa : Es muy difícil cambiar el ambiente cultural en el Estado de nuestros días,”EL ESTADO MODERNO ES TORPE Y TAN GRANDE QUE CON TAN SOLO MOVERSE CAUSA ESTRAGOS, PERO SI NO CONSEGUIMOS CONTROLAR SUS MOVIMIENTOS Y REDUCIRLOS AL MINIMO, ACABARA PISOTEANDONOS Y DEVORANDONOS.”
Encerremos en el cuarto del olvido a todos los comisarios culturales fascistas y stalinistas, a los inquisidores medievales, a los retrógrados contemporáneos, a esos carceleros del espíritu como los definía Nietzsche, a todos esos politicastros incultos, convencidos que todo vale en su lucha por el poder y abrámonos a una sociedad más primaveral.
Es cierto que jamás lograríamos conseguir que un lector de revistas de farándula, de Reader`s Digest, o de pornografía logre apreciar un Cervantes, un Víctor Hugo o un Rubén Darío. Estos lectores absorbidos por la chatarra intelectual o la indigencia cultural tienen afectado profundamente su espíritu..
La cultura hoy día debe ser como la Democracia, de todos, por todos y para todos.
La actividad cultural no es de catacumbas o de clérigos encerrados en conventos o academias, viene de asimilar todas las vertientes que a través de la gran civilización nos traen los adelantos de la comunicación moderna.
Abelardo Giraldo,
09-24-10.