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Las falsas premoniciones

"Pasé la mitad de mi vida preocupándome de cosas que jamás iban a ocurrir" Wiston Churchil.

"Aquellos que no saben combatir la preocupación, mueren jóvenes" Alexis Carrell.

Cuando hablamos de la palabra profecía, generalmente siempre la asociamos con las crueldades con que suele sorprendernos la naturaleza como grandes catástrofes, epidemias, guerras, holocaustos o tragedias.

El mundo ha venido sumiéndose a través de falsas ideas y grandes confusiones en una tremenda vorágine apocalíptica.

La locura del Señor HAROLD CAMPING, predicador evangélico fundador y propietario de una emisora neoyorquina llamada FAMILY RADIO, quien llegó a la conclusión de que el mundo se acabaría el 21 de Mayo de 2011, causó mucho ruido y esta falsa premonición como muchas otras anteriores harán que desde esta fecha hasta el 21 de Diciembre de 2012, nos debemos ir acostumbrando a que muchos falsos profetas como él, nos inundarán con teorías apocalípticas.



Me hice a la tarea de investigar el origen de estos prestidigitadores y encontré que esta situación de generar desconcierto es muy antigua y que la mitología griega y romana fueron los grandes iniciadores de esta práctica.

Se dice que cuando Cesar Augusto accedió el poder en Roma en el año 27 antes de Cristo, lo primero que hizo fue reunir todas las copias de los libros de profecías, llamados ORACULOS SIBILINOS y quemó los que consideró falsos, el resto los guardó en cofre sellado y ordenó enterrarlos en una gruta en la base de un volcán, de la que algunos historiadores romanos afirman que existió y que la llamaron LA CUEVA DE DELFOS.

Afirman estos historiadores que siglos después esta cueva fue encontrada bajo toneladas de escombros, pero que no pudieron abrirla porque encima existían cantidades de pitones mortíferas.

Se dice que la Sibila era una mujer que podía ver el pasado y el futuro. La Sibila que emitía los oráculos más antiguos de la historia vivió en muchas tierras durante decenas de generaciones.

Había nacido en el monte Ida, desde donde los dioses observaban las guerras que se realizaban en las llanuras de Troya.

500 años antes de Cristo, la Sibila viajó a Roma donde le ofreció al rey Tarquino la venta de sus libros en papiro con sus profecías que abarcaban los siguientes 12.000 años y cuando este no le quiso pagar el precio que le pedía, la mujer quemó los tres primeros volúmenes, luego los 3 siguientes y así hasta que solo quedaron tres libros.

Luego Tarquino los compró y los conservó en el templo de Júpiter, donde permanecieron hasta que el edificio se quemó con su precioso contenido.

Se dice que la visión de la Sibila era tan profunda y de tan largo alcance, que los dioses le habían concedido ese privilegio.

Cuando se acercaba al final de su vida, se había encogido tanto que sólo quedaba de ella la voz y que seguía profetizando desde una pequeña ánfora de cristal colocada en su vieja cueva de los misterios.

De todos los rincones del mundo acudía gente para oír su canción hasta que César Augusto, la silenció para siempre cubriéndola con arcilla napolitana.

De la leyenda anterior podemos deducir que las profecías vienen desde tiempos inmemoriales.

En nuestra época son muy populares Miguel de Nostradamus que vivió por los años 1503 y 1566 y a quien se le atribuyen haber pronosticado a través de sus cuartetas, el nacimiento de Napoleón, las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, el poder de Hitler, la independencia de Estados Unidos, el desastre de Chernóbil, la caída del muro de Berlín y la guerra de las Malvinas.

También se habla de la civilización Maya, de quienes se dice fueron grandes matemáticos, físicos, astrónomos, ingenieros y constructores.

Falta por cumplirse de Nostradamus otra profecía que asegura que para el 2015, será un año muy convulsionado y habrá lugar a muchas epidemias generalizadas, que un líder árabe invadirá a Roma y que China atacaría a Turquía y a Egipto.

También predice que para el 2024, se firmará una “paz definitiva” y será el comienzo de una “edad de oro”.

No debemos desconocer que nuestro planeta atraviesa por una época crítica en lo económico, social, climático, geológico y político.

Asia y Suramérica se debaten por salir de sus peores inundaciones de la historia, la zona del Caribe, azotada por terribles huracanes, en Europa olas de frió polar que está matando personas, en África miles de personas muriéndose de hambre y en medio Oriente, Méjico y Colombia una violencia desenfrenada que no da tregua.

En lo que va del año, el Japón ha sido asediado por 23 tifones, un terremoto y un devastador tsunami que dejó miles de muertos.

Cientos de personas son asesinadas diariamente por conflictos armados y delincuencia común.

Infinidad de personas transitan por caminos religiosos equivocados, se divierten en ellos, se sienten realizados, son entretenidos con repertorios carentes de sentido y contenido bíblico, asisten a Iglesias donde los pastores “mercantilistas de la religión”, tienen la diabólica habilidad de hacer que todas las personas se sientan bien con sus bufonadas.

Otros mentirosos han querido convertir el año 2012 como la consumación de las falsas profecías mayas.

Ahora acaba de aparecer otro loco, prediciendo que para el año 2015 tres gigantescas naves extraterrestres acuatizarán en el mar e invadirán la tierra en misión de paz y se desplegarán en miles de pequeñas naves anfibias trayendo consigo unas algas que se reproducirán, transformando el agua de mar en agua potable para el consumo humano produciendo además un nutritivo y energético alimento que gustará mucho y aliviará el problema del hambre en la tierra.

Que traerán además una sublime tecnología que controlará los desórdenes geológicos como los terremotos y los huracanes.

Y serán los encargados de ordenar la conducta de los humanos, tal como lo predijera el Apocalipsis de San Juan con la venida de ángeles en los postreros días de la humanidad.

En conclusión, no debemos dejarnos llevar por visiones parcializadas de acontecimientos futuros, profundicemos en el conocimiento y lleguemos a la verdad lo más cerca posible y por nuestra propia cuenta.

Abelardo Giraldo.
05/22/11