
En un solo planeta existen dos mundos muy distantes, el de que todo lo tienen y el de los que no tienen nada.
La política partidista se distancia cada vez más de aquellos a quienes debería servir.
Habitamos un mundo en el que por un lado se encuentran los benditos del destino y por el otro los que son mayoría, excluidos, olvidados e ignorados.
Los nadie, que sueñan con salir de pobres.
Los ninguno, los jodidos, los rejodidos, que no hacen arte y que no fabrican cultura.
Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata.
Silencio, cárceles, tumbas, son sus escenarios.
Todos los que votan pero no elijen, esos son los nadie.
Esta es la frontera “QUE SEPARA A LOS INDIGNOS DE LOS INDIGNADOS”.
Sociedades que por un lado, poseen un consumo desenfrenado y otros que no tienen absolutamente nada que consumir, como ocurre en algunas regiones de África y de América Latina.
El castigo infligido por los representantes de lo que llamamos “El sistema”, al principio no se siente, pero a medida que va transcurriendo el tiempo, comienzan los dolores, acrecentándose cada día, dejando a las personas en la más extrema sensación de abandono y desesperación, desgarrándoles el corazón, como si solo quedaran jirones de carne revueltos en llamas y la poca cordura que les queda huyendo despavorida hacia el infierno.
Y recordar que en la antigüedad hubo aristócratas que amaban a sus pueblos.
Que bueno sería que de algún lugar del cosmos, los espíritus nobles de los inmortales, miraran hacia abajo y escucharan las voces suplicantes de las personas pobres.
También, me gusto mucho un enlace publicado por Fernando Velásquez en la red social de Facebook, donde un cronista menciona que hace mucho tiempo se nos ha venido distrayendo con mentiras apoyadas en verdades increíblemente confeccionadas, alimentadas y diseñadas para manipular conciencias, haciéndonos caer en una red que nos domina y nos aleja de nosotros mismos.
En muchos púlpitos de la Iglesia católica y de otras religiones como la judía se abordó temas de gran actualidad, incluso un rabino en Israel consideró “LA PRIMAVERA ARABE” como “UN INVIERNO ISLAMICO” el cual ve muy oscuro.
Rememoraba que en 1979, en Irán se gestaron revoluciones de la misma forma que en Egipto y Siria, los jóvenes querían libertad, respeto a los derechos humanos y vivieron eso durante cuatro semanas, pero luego los islámicos tomaron el control y todas las fuerzas libertarias fueron encarceladas y reprimidas.
Pero observen lo que expresara el premio nobel de literatura alemán GUNTER GRASS, en su poema “LO QUE HAY QUE DECIR”, donde arremete contra el plan atómico de Israel, el que quiero transcribirle a los amables lectores porque me parece de gran importancia dada la actual situación en el medio oriente, dice así:
¿Por qué guardo silencio, demasiado tiempo, sobre lo que es manifiesto y se utilizaba en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes, solo acabamos como notas a pie de página?
Es el supuesto derecho a un ataque preventivo, el que podría exterminar al pueblo iraní, subyugado y conducido al júbilo organizado por un fanfarrón, porque en su jurisdicción se sospecha la fabricación de una bomba atómica.
Pero ¿Porqué me prohíbo nombrar a ese otro país en el que desde hace años---aunque mantenido en secreto---se dispone de un creciente potencial nuclear, fuera de control, ya que es inaccesible a toda inspección?.
El silencio general sobre ese hecho, al que se ha sometido mi propio silencio, lo siento como gravosa mentira y coacción que amenaza castigar en cuanto no se respeta; “antisemitismo” se llama la condena.
Ahora, sin embargo, porque mi país, alcanzado y llamado a capítulo, una y otra vez por crímenes muy propios sin parangón alguno, de nuevo y de forma rutinaria, aunque en seguida calificada de reparación, va a entregar a Israel, otro submarino cuya especialidad es dirigir ojivas aniquiladoras hacia donde no se ha probado la existencia de una sola bomba, aunque se quiera aportar como prueba el temor………………………….., “DIGO LO QUE HAY QUE DECIR”.
¿Por qué he callado hasta ahora?, porque creía que mi origen, marcado con un estigma imborrable, me prohibía atribuir ese hecho, como evidente, al país de Israel al que estoy unido y quiero seguir estándolo.
¿Por qué, solo ahora lo digo, envejecido y con mi última tinta; Israel, potencia nuclear, pone en peligro una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir lo que mañana podría ser demasiado tarde, y porque suficientemente incriminados cómo alemanes, podríamos ser cómplices de un crimen que previsible, por lo que nuestra parte de culpa no podría extinguirse con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando, porque estoy harto de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además, que muchos se liberen del silencio, exijan al causante de ese peligro visible que renuncie al uso de la fuerza e insistan también en que los gobiernos de ambos países permitan el control permanente y sin trabas por una instancia internacional, del potencial nuclear israelí y de las instalaciones nucleares iraníes.
Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos, más aún, a todos los seres humanos que en esa región ocupada por la demencia, viven enemistados codo a codo, odiándose mutuamente.
Este texto original fue publicado en el diario alemán SUDDEUTSCHE ZEITUNG y la traducción apareció en el País de España por Miguel Sáenz.
Las reacciones fueron inmediatas, la canciller Angela Merkel, expresó “estupor” por el texto de Grass, mientras en la embajada de Israel y el consejo central de judíos alemanes lo denunciaron como antisemita y consideraron el escrito del premio nobel como “un agresivo panfleto de agitación”.
Abelardo Giraldo - 04/08/12