Grandes cambios políticos y socio económicos se vislumbran a nivel mundial.
Esta multipolaridad se viene haciendo manifiesta desde que China empezó a emerger como superpotencia y Europa poco a poco se vino convirtiendo en contrapeso de los Estados Unidos.
La importancia de países como Rusia, India, Pakistán y una Latinoamérica cada vez más independiente de los intereses norteamericanos, han venido causando preocupación en Occidente.
A raíz del convenio firmado entre Colombia y China, en la que ésta última expresa su gran interés por la explotación petrolera y minera, ha hecho que nuestro país empiece a formar parte del combo de países latinoamericanos que tienen negocios con China entre ellos Brasil que le vende mineral de hierro, acero, soya y maderas; Argentina la provee con soya y carnes; Venezuela con petróleo; Chile y Perú con cobre. Países que se sienten cómodos porque ven en China un gran comprador de sus recursos naturales.
Desde el punto de vista del plano político, china ha incrementado sus relaciones con países del hemisferio que Estados Unidos tiene en su lista negra como son Cuba y Venezuela.
No hay que olvidar que los chinos son de espíritu innovador y empresarial, a ellos les debemos el invento de la brújula, el papel, la imprenta y la pólvora.
La gran mayoría de las corporaciones globales estadounidenses que continúan dominando el listado de las 500 multinacionales más grandes, según la revista FORTUNE, están establecidas en China.
Una buena parte de los productos electrónicos, la ropa y el calzado que demandan los consumidores norteamericanos procede de ese país asiático.
El terrible crecimiento industrial, profetiza que en pocos años, será el primer importador de crudo, situación que está inquietando tremendamente a los Estados Unidos porque según los cálculos no habrá petróleo suficiente para satisfacer las necesidades del futuro coloso.
Se presume que habrá conflictos estratégicos por el control del “ORO NEGRO”.
Aunque China y Estados Unidos son rivales ideológicos se necesitan el uno al otro en el ámbito económico, están condenados a trabajar juntos en la estabilidad de la economía mundial.
Sin embargo estas dos locomotoras de desarrollo tienen sus diferencias pero un condicionante fundamental de las relaciones chino-estadounidenses es que, una buena parte de la reserva monetaria del Banco Central de China, equivalente a más de un millón de millones de dólares, están denominados en dólares de los Estados Unidos.
La Junta de la Reserva Federal norteamericana, no quisiera ni imaginarse lo que ocurriría si el gobierno chino decidiera abandonar el dólar y sustituir sus activos en la moneda estadounidense por otras divisas, como por ejemplo, El euro.
Además las necesidades de carbón en China son cuantiosas, consume 1.400 millones de toneladas cada año y es el principal importador en el mundo de acero, níquel y aluminio.
En este momento China está consumiendo más grano, carne y fertilizantes que los Estados Unidos.
El consumo es tan exagerado que al parecer no existen suficientes barcos para transportar todas las materias primas que exige China.
Diversos estudios ponen de manifiesto que las grandes importaciones chinas provocaron escasez de materias primas básicas en algunos países lo que generó un incremento en los precios y por lo tanto una grave recesión económica en el mundo.
A esta crisis le sumamos la gran emisión de gases contaminantes a la atmósfera producto de la gran industrialización, contribuyendo con esto a que en el futuro nos topemos con un desastre ecológico y económico de grandes dimensiones, además del caos político social principalmente en el primer mundo.
“A NO SER QUE ESTADOS UNIDOS LOGRE CONTENER AL GRAN DRAGON”.
La estrategia militar estadounidense consiste en rodear a China, la maquinaria bélica norteamericana se encuentra en el mar de ese país y en el estrecho de Taiwán, territorio rebelde.
El ejército de USA, mantiene barcos de guerra y bases militares en los mares y territorios de Corea del Sur y del Japón.
Decenas de aviones espías despegan de la base estadounidense de Okinawa en Japón para controlar las señales de radar y las comunicaciones Chinas.
Hay bases permanentes en Iraq y Afganistán desde donde se interceptan comunicaciones con el fin de obtener la máxima información sobre los movimientos militares chinos.
USA, también tiene bases en las nuevas repúblicas como Uzbekistán y Tayikistán que fueron antiguos territorios soviéticos.
Numerosos submarinos patrullan las costas del pacífico dotados de misiles nucleares apuntando a objetivos militares chinos.
Las tensiones entre estas dos potencias se escenifican en puntos muy calientes del continente asiático.
En Nepal, China financia la guerra de guerrillas maoísta que libra una batalla contra el régimen monárquico apoyado por la CIA.
El Tíbet es fuente permanente de tensiones, allí la CIA le presta ayuda al gobierno rebelde dirigido por el Dalai Lama.
Lo mismo ocurre con Corea del Norte y Taiwán, en Corea China respalda el único régimen stalinista del planeta, ese país es clave para las aspiraciones geoestratégicas chinas.
Taiwán es reconocida internacionalmente como parte de China, pero su gobierno y ejército están bajo la protección de las fuerzas militares estadounidenses.
Durante el gobierno de Bush en el 2004 se realizaron espectaculares maniobras militares frente a la isla rebelde de Taiwán, allí fueron llevados 7 de las 12 unidades de ataque que posee el ejército norteamericano.
Era la primera vez que Estados Unidos desplazaba a un mismo punto tantas unidades de combate.
Gran cantidad de analistas se preguntan porque China permanece sin hacer nada mientras que Estados Unidos toma posiciones claras frente al conflicto estratégico que enfrenta a las dos potencias.
Según estrategas militares chinos, ese país asiático no debe caer en la trampa de una guerra diseñada para hacer segura una victoria de Occidente.
La forma en que China le responde a cualquier ataque es a través de una guerra comercial. Muchos economistas norteamericanos han dado la voz de alarma ante el hecho de que el déficit comercial de Estados Unidos asciende a 200.000 millones de dólares.
Este enorme déficit con China generó una gran destrucción de puestos de trabajo estadounidenses lo que ha llegado a considerarse como un “ATAQUE COMERCIAL” contra los Estados Unidos.
Washington acusó a Pekín de aprovechar su mano de obra barata y la devaluación del Yuan para invadir el mercado estadounidense de productos con los que no pueden competir las industrias del país.
USA, para contrarrestar este problema elevó los aranceles de los productos chinos a un 100% y china respondió, que de continuar los abusivos aranceles, no cumplirían los acuerdos para proteger los derechos de propiedad intelectual de Estados Unidos en el mercado chino, que dicho de otro modo. “El gobierno chino, permitiría sin ningún tipo de trabas la expansión de la piratería a todas las marcas americanas”.
China está convencida que en Estados Unidos, el armamentismo y el sostenimiento de sus tropas le podrían ocasionar en cualquier momento un colapso económico de grandes proporciones y terminar como le ocurrió a la Unión Soviética.
No obstante a China le falta mucho para terminar de arreglar la casa, todavía tiene 400 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares al día.
En cuanto al poderío militar de Estados Unidos y su indiscutible fuerza bélica, no resulta del todo eficaz para resolver los nuevos desafíos como las epidemias globales, el cambio climático, el terrorismo y el crimen a nivel internacional.
El mundo quiere saber más sobre China y personas de varias naciones han venido interesándose por aprender el idioma chino, mandarín.
El hecho de que la presencia China opere como una especie de equilibrio al poder del gigante norteamericano está visto con buenos ojos por los países del mundo.
Como podemos apreciar, una crisis económica, una política exterior agresiva, alejada de la realidad, la pérdida de influencia en zonas estratégicas que antes estaban totalmente controladas y la división de la sociedad mundial en una diversidad de grupos ideológicos han venido afectando tremendamente el poder norteamericano.
Abelardo Giraldo. 05/26/12