Texto de Abelardo Giraldo López
Empezaré por definir que es un coágulo, Un
coágulo de sangre es una masa gelatinosa y espesa de sangre, que puede bloquear
la circulación de la misma.
Los coágulos se forman como respuesta a
lesiones y también pueden ser causados por muchas enfermedades como el cáncer o
trastornos genéticos. Igualmente pueden producirse por el consumo de ciertos
medicamentos o reposo prolongado, sentado o en cama.
El propio COVID 19, puede desencadenar graves
problemas de coagulación.
Los coágulos que se forman en las piernas a
veces se desprenden y se desplazan a los pulmones o en raras ocasiones al
cerebro, donde pueden ser mortales.
En Estados Unidos entre 300.000 y 600.000
personas al año desarrollan coágulos de sangre en los pulmones, en las venas de
las piernas u otras partes del cuerpo.
Además de la coagulación en el cerebro llamada
“trombosis del seno venoso central” o SVST, por sus siglas en inglés, los
pacientes con este problema siempre muestran un nivel notablemente bajo de
plaquetas, lo que los hace propensos a hemorragias anormales.
La compañía Johnson & Johnson, determinó
esta semana que han tomado la decisión de retrasar prácticamente el lanzamiento
de su vacuna en Europa, por los casos presentados de coagulación relacionados
con esta vacuna. La misma situación ha venido presentándose con la vacuna
AstraZeneca.
Estas vacunas utilizan adenovirus para
transportar el ADN a las células humanas e iniciar el proceso de generación de
inmunidad contra el coronavirus.
Los adenovirus, son virus sin envoltura, qué,
como efectos secundarios, pueden causar infecciones respiratorias como
bronquitis o pulmonía, pueden generar tos-ferina o gastroenteritis, que es una
infección del estómago y de los intestinos.
El mes pasado, organismos reguladores europeos,
empezaron a descubrir en algunos pacientes casos de trombosis venosa cerebral
relacionados con un bajo nivel de plaquetas y descubrieron que se trataba de un
efecto secundario muy raro de la vacuna AstraZeneca.
Los organismos encargados de controlar los
efectos de estas vacunas han recomendado a los receptores de las mismas, que
recurran a asistencia médica inmediata, si se presenta hinchazón en las
piernas, dolor abdominal persistente, dolores de cabeza graves, visión borrosa
o pequeñas manchas de sangre bajo la piel.
En Alemania y Noruega, han tratado estos
efectos con medicamentos anticoagulantes para detener el crecimiento de los
coágulos y con inmunoglobulina intravenosa que pueden ayudar a eliminar los anticuerpos
que causan el problema.
Los investigadores han hecho hincapié en que el
tratamiento debe iniciarse lo antes posible, porque la enfermedad puede
empeorar rápidamente.
No se han encontrado casos similares de
coágulos, en personas que hubiesen recibido las vacunas de Moderna o
Pfizer-BioNTech, aunque un médico de Florida, receptor de una de las anteriores
vacunas, murió de hemorragia cerebral al no poder restablecer sus niveles
normales de plaquetas y, otros como él, han sido hospitalizados con serios
problemas de salud.
El estado de Israel, ha confirmado, que
mediante seguimientos que se le han hecho a la vacuna de Pfizer, se ha podido
establecer que es la más segura y que ésta, empieza a brindar protección entre
las 2 o 3 semanas después de la aplicación de la primera dosis y la protección
máxima, después de los siete días de recibir la segunda dosis.
Anda rondando la versión sobre la aparición de
una nueva variante del virus, la británica y la brasilera que están generando
desconcierto en la comunidad científica internacional, porqué ésta nueva
mutación del virus, ocasiona, que sea más fácil la transmisión del contagio.
Por lo tanto, se recomienda extremar las
medidas de seguridad biológica, conservando la distancia social, el lavado de
manos y el permanente uso del tapabocas.
Abelardo Giraldo López.
04/20/2021.